Cubierta

Federico Paz

Sherpa

Ensayo sobre la inmortalidad

Editorial Kairós

A Natalia

Sumario

Prólogo de Vicente Merlo

1. Definiendo los preparativos para la expedición

La inmortalidad y los sherpas

Investigación y práctica

Las tradiciones inmortalistas

Herramientas, prácticas, vías, expediciones y abismos

Tras las huellas de Utnapishtim

El ocaso de los dioses

La epopeya de Tenzing Norgay

2. Breve historia épica de los sherpas

Miyolangsangma y los sherpas

Protección y advertencias de la diosa

Las primeras expediciones

Ang Tharkay y la segunda generación

El encumbramiento de Tenzing

La expedición británica de 1953

Los dos asaltos a la cima

El legado espiritual de los sherpas

3. Grandes cumbres y abismos del Himalaya interior

El montañismo interno

La morada de los dioses y otros inmortales

Inmortalidad e iluminación

El deseo de morir

La conciencia de la muerte

Reinhold Messner: mística de alta montaña

4. La cordillera del alma, nudo de la realidad

Conciencia álmica y personalidad

La arista final de los anhelos

El compañero invisible

El juego arquetípico del alma

El impulso hacia el Espíritu

Sadhana de unificación

Estableciendo un ritmo inmortal

La geografía planetaria como mapa interior

Una medida de ascenso

5. Meditando ante el despliegue de la creación

Inmortalidad en estilo alpino

El círculo virtuoso de la meditación

El acecho, clave de la ascensión

Observar el génesis del samsara

La asistencia de la gracia

6. Amor y sexualidad, cordada de los inmortales

Una cuestión entre dos

Los suicidios en solitario y sus excepciones

La cordada perfecta de los nedrogs

Parejas que escalan ochomiles juntos

Néctar y ambrosía

La primera pareja de inmortales

El océano primigenio de leche

Cimas de placer

7. Las tecnologías internas como factor evolutivo

El Paleolítico superior

Mitología sherpa: Tashi Tseringa

Los yetis de la psique

Consecuencias de una filosofía inmortalista

La herejía de los ochomilistas

Cinco grandes tesoros de las nieves

8. Vías orientales y amerindias a la inmortalidad física

La larga marcha del inmortalismo oriental

Vía hindú: el hatha-yoga

Asanas y ley de la gravedad

Vía china: la alquimia interna taoísta

El curso circular de la luz

Vía mexicana: el nagualismo tolteca

Una ruta escarpada

9. Vías occidentales a la inmortalidad

El flanco occidental

Una vía muerta: la genética

Vía mistérica: el esoterismo occidental

La “cultura galáctica”

Vía inmortalista: el “renacimiento”

La inmortalidad en tres etapas

Epílogo: Ante la agonía de lo Absoluto

Notas

Notas bibliográficas

Agradecimientos

Prólogo

Sherpa: ensayo sobre la inmortalidad es un libro sugerente y para algunos quizás desconcertante. Aquellos que todavía participan del paradigma agonizante que considera, auspiciado por el cientificismo prepotente, que con la muerte del cuerpo físico termina toda conciencia asociada a este en vida, probablemente ni siquiera se acercarán a estas páginas.

Pero, desconcertante, y sin duda sugerente, puede resultar también para quienes se hallan no en una concepción materialista como la anterior, sino en alguna de las concepciones espiritualistas que ven en el cuerpo una cárcel del alma, un fardo indeseado, o al menos un obstáculo en el camino de la realización espiritual. Una realización espiritual que se concibe, justamente, asociada a la “liberación” del cuerpo, del karma y de la necesidad de volver a encarnar, una y otra vez, en esta sufriente e inquietante rueda de la vida, que diríase fruto de un “castigo”, al menos de una “caída”, si no de un demiurgo no demasiado benevolente.

Y, sin embargo, esas son dos de las concepciones dominantes hoy. Frente a ellas, Federico Paz teje con soltura y belleza una narración deliciosa en la que el sherpa se convierte en símbolo central del “montañismo interior”, es decir de la escalada a las cumbres de nuestra consciencia, a las cimas de la realidad, a los Himalayas del alma. Si bien se trata de una metáfora muy empleada, rara vez ha sido tan desarrollada como en esta obra, que supone un reto para las concepciones espiritualistas que todavía no se han reconciliado con el cuerpo.

Efectivamente, en ella encontramos una breve historia de los sherpas, encargados no solo de llevar la carga de los escaladores, sino también de mostrar el camino y de ejemplificar el esfuerzo, la resistencia y la humildad, con una constante comparación entre el alpinismo de las altas cumbres, “los ochomiles”, y el ascenso a las cumbres nevadas del Espíritu.

Esto hace que el libro sea ya de gran interés para los aficionados a la escalada y el montañismo, pues los hombres y mujeres que han hecho historia en semejantes proezas físicas nos acompañan a lo largo de toda la expedición. Ahora bien, no cabe duda que sus gestas son metáforas que nos transportan a las hazañas espirituales de los “inmortales” y a las ideas e ideales de los “inmortalistas”.

Los “inmortalistas” son quienes acarician la idea de una inmortalización del cuerpo físico. No como un desesperado intento de escapar de la angustia ante la muerte, sino como una recreación de la inmortalidad esencial que, como reconoce el autor en alguna ocasión, es la inmortalidad del espíritu.

Los “inmortales” serían no los “dioses” al estilo griego, que, en su mayoría al menos, parecen no haber sido nunca humanos, sino aquellos seres humanos que han alcanzado la posibilidad de seguir viviendo en el mismo cuerpo físico durante todo el tiempo deseado, atravesando los siglos. Una versión moderada de este ideal, o una manifestación del mismo, sería la “longevidad” de la que se nos habla en distintas tradiciones, desde la hebraica hasta la taoísta, por poner solo dos ejemplos.

Una de las virtudes del libro es la agilidad con que se recurre a las más distintas tradiciones para ilustrar la tesis central. Como era de esperar, la tradición hindú, a través del Yoga y especialmente del hatha-yoga y el tantra, así como la tradición taoísta, pasan a un primer plano, por la cantidad de referencias que conservamos.

Pero no faltan en la expedición los senderos amerindios ni las más recientes versiones de la “filosofía inmortalista” tal como se presentan en lo que el autor denomina la “cultura galáctica”, y muy especialmente en las concepciones asociadas a la técnica conocida como rebirthing (renacimiento), que no hay que confundir con el renacimiento/reencarnación, a cuyo auge asistimos no solo desde las tradiciones orientales, sino también desde las más diversas enseñanzas esotéricas contemporáneas, así como desde investigaciones actuales independientes.

Hay muchas cosas que hacen de este libro una obra de gran interés. Obviamente, no porque ofrezca pruebas incuestionables, “científicas”, de la existencia de algunos inmortales, algo que en ningún momento trata de hacer el autor, y que, si bien puede defraudar a los más analíticos cientificistas, sitúa al lector en un cómodo lugar de acompañante de estas narraciones plausibles que entrelazan mitos y leyendas con descripciones y confesiones que apelan a una intuición y una esperanza puestas en la posible inmortalización del físico. Esta intuición se asienta en un nivel más profundo del ser humano, y no siempre depende de las demostraciones intersubjetivas, “irrefutables”, de la ciencia actual.

De gran interés, entre otras cosas, porque sin abandonar el hilo conductor de esta fascinante travesía, el autor va ofreciendo abundantes referencias y ricas reflexiones acerca de muy variados temas que constituyen aspectos relevantes en alguna de las tradiciones inmortalistas, o en todas ellas. Pienso, por ejemplo, en la cuestión de la meditación, tratada con acierto, o en la actitud de “acecho”, o en esa importancia concedida a la pareja y al grupo en la escalada, en el ascenso, con correspondencias y analogías muy oportunas y significativas entre las parejas tántricas y las parejas de escaladores, cuya ayuda mutua resulta indispensable para “ascender” a las cumbres más difíciles.

Pues de eso se trata, de plantear la posibilidad de que las más altas cumbres no necesariamente sean las de un beatífico nirvana más allá de esta tierra o una liberación luminosa más allá de este cuerpo, sino que, partiendo de ellos y como ideal que regule nuestra existencia y guíe nuestra forma de vida, aparezca a la lejanía la posibilidad real, acaso ya lograda en un puñado de ochomilistas del alma, de conservar a voluntad el cuerpo físico, en este caso, qué duda cabe, alquímicamente transformado, tántricamente sublimizado, yóguicamente supramentalizado, convertido ahora ya en un flexible y luminoso canal de expresión del alto voltaje que desde las cumbres nevadas de la “conciencia álmica” pueden descender hacia otros buscadores, lanzando la cuerda y el ejemplo que permita a otros tan luminosa “ascensión”.

Un libro para disfrutar, tanto como para cuestionar algunos de nuestros presupuestos más firmes. Un libro pionero en la re-apertura de este valiente camino.

La siguiente cita del libro resume bien la tesis central y el método analógico empleado, en el que la correspondencia entre lo que sucede en el montañismo exterior y el alpinismo interior resulta elocuente: «La mayoría de las veces morimos por no reconocer los propios pensamientos antes de que estallen o se transformen en un alud que nos sepulta».

VICENTE MERLO