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ÍNDICE

Una interpretación del “Quijote”. Alfonso Reyes.

CAP. XV.—Donde se cuenta la desgraciada aventura que se topó Don Quijote en topar con unos desalmados yangüeses.

CAP. XVI.—De lo que sucedió al Ingenioso Hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo.

CAP. XVII.—Donde se prosiguen los innumerables trabajos que el bravo Don Quijote y su buen escudero Sancho Panza, pasaron en la venta que, por su mal, pensó que era castillo.

CAP. XVIII.—Donde se cuentan las razones que pasó Sancho Panza con su señor Don Quijote, con otras aventuras dignas de ser contadas.

CAP. XIX.—De las discretas razones que Sancho pasaba con su amo y de la aventura que le sucedió con un cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos.

CAP. XX.—De la jamás vista ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo, como la que acabó el valeroso Don Quijote de la Mancha.

CAP. XXI.—Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero.

Plan de la obra.

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha
4

Fondo de Cultura Económica

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Primera edición FONDO 2000, 1999
Primera edición electrónica, 2017

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De poetas no digo. Muchos en ziernes para el año que viene; pero ninguno hay tan malo como Zervantes, ni tan nezio, que alabe a Don Quijote.

LOPE DE VEGA

UNA INTERPRETACIÓN DEL “QUIJOTE”

ALFONSO REYES

Don Quijote ha engañado a todos, aun al mismo Cervantes. No está loco: se finge loco —nuevo Bruto, nuevo Hamlet— para romper con las limitaciones del ambiente que lo rodea. Por eso, porque “está en el secreto”, es el único que no pierde nunca la serenidad. Cervantes dice que se va a burlar de los libros caballerescos; es una manera de hablar; él se burla, de hecho, de todos los géneros literarios. Los que buscan en la obra un concepto filosófico del mundo —contraste de lo ideal y lo real— también se equivocan. Don Quijote defiende al débil por imitación a la tradición caballeresca, no por virtud pura. Es vanidoso y soberbio: siempre está pensando en la gloria terrestre. Piensa en conquistas materiales y a veces miente a sabiendas. Tampoco es verdad que Sancho represente la materia pura: es más crédulo que Don Quijote. Si éste cree, o lo finge, en los caballeros legendarios, Sancho cree en Don Quijote, lo cual es todavía más difícil. Cuando Sancho se encuentra gobernador de su ínsula, piensa más en la justicia que en la riqueza. El verdadero loco es Sancho. La novela es una verdadera miscelánea en que hay: a) poesías burlescas o madrigales; b) novelas trágicas, patéticas, románticas; c) crítica literaria que a veces es directa y a veces en forma de parodia; d) “silva de varia lección”, o sea trozos retóricos sobre temas y lugares comunes ya medievales, ya humanísticos; e) y por medio de todo esto, se abre paso el argumento central: el viaje de todos los héroes ambulantes. Los viajes son los libros más profundos y populares: La Odisea, La Eneida, La Comedia, Gulliver, Robinson, Simbad, las Cartas persas, Fausto, las Almas muertas, etc. Todo gran libro es un remedo del Juicio Final, y para juzgar a los hombres hay que viajar y conocerlos. El hombre mismo es un peregrino. Don Quijote está cansado de la vida usual y casera; no le queda más liberación que la locura. Si sólo fuera cristiano ideal, hubiera imitado a Jesús, como san Francisco. Él imita a los caballeros andantes para salirse con la suya. Necesita que el mundo le deje andar errando a su antojo, y éste es privilegio que sólo se concede a los locos. Le gusta sufrir un poco; cuando lo compadecen, ríe. A veces desconcierta al crédulo Sancho, dándole con la realidad en los ojos. Si hace reír es, precisamente, porque no sabe llorar. Véase cómo, en Sierra Morena, envía a Sancho con un mensaje para Dulcinea, y le dice francamente que se quedará haciendo el loco hasta su regreso. Pero su método de locura es la imitación: va a imitar a Amadís, y a Don Roldán sólo hasta donde no le parece demasiado furioso. Estas declaraciones nos descubren todo el secreto de Don Quijote. Y como Sancho le pregunte la causa de tanta locura, puesto que Dulcinea no le ha hecho nada que las justifique, Don Quijote contesta que “el toque está en desatinar sin ocasión”. Cuando le describen la Dulcinea real, él la finge a su manera y corrige la descripción. Cuando Sancho quiere darle la alucinación ya forjada, él la rechaza. Todos lo sospechan cuerdo y le llaman el “cuerdo loco”. La historia de la cueva de Montesinos es otra clave de su disimulo. Don Quijote deja traslucir su juego porque no lo toma muy en serio. En su vida no hay drama porque no hay seriedad. La verdadera profundidad de este “Burlador de la Mancha” está en otra parte: Don Quijote es un artista de la vida en el sentido literario moderno, porque se vale de una deformación voluntaria. Esta deformación es siempre artística: simbólica. En efecto, en los borregos ve soldados; en las prostitutas, doncellas; en los presos, inocentes esclavos. ¿No hay una sátira social en el fondo de todo esto? Conoce a los hombres, y entre odiarlos y divertirse con ellos, prefiere esto último. E inventó hacerse caballero para que los hombres, creyendo burlarse de él, le sirvieran de bufones.