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Colección Universidad

Título: Aprendizaje-servicio universitario. Modelos de intervención e investigación en la formación inicial docentesocioeducativo.

Primera edición impresa: octubre de 2018



Primera edición: noviembre de 2018

© Òscar Chiva-Bartoll y Jesús Gil-Gómez (eds.)

© De esta edición:

Ediciones OCTAEDRO, S.L.

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ISBN (papel): 978-84-17219-96-3

ISBN (epub): 978-84-17219-54-3



Diseño y producción: Ediciones OCTAEDRO

Introducción

Òscar Chiva-Bartoll

Jesús Gil-Gómez

A punto de finalizar la segunda década del siglo xxi, podemos afirmar que el aprendizaje-servicio (en adelante, ApS) está ganando enteros en los respectivos campus universitarios, tanto en Europa en general como en el estado español en particular. Esta realidad se ha hecho notar en los diferentes planes de formación e innovación docente, así como en el nacimiento y la expansión de diversas iniciativas de investigación educativa.

La presente obra surge como respuesta al enérgico avance del ApS en el ámbito universitario. Las razones que nos han impulsado a apostar por esta publicación son, por una parte, el deseo de mejorar y consolidar la cultura y el conocimiento del ApS en la universidad y, por otra, la necesidad de aportar herramientas para estimular su implantación e investigación en dicho contexto.

A la hora de plantearnos la idoneidad de cualquier método pedagógico, si lo que queremos es avanzar, parece oportuno reivindicar que la innovación y la investigación educativa se retroalimenten de manera decidida y eficaz. Con este horizonte a la vista, la presente obra, ubicada en el ámbito de la formación del profesorado, pretende contribuir a la generación de un marco conceptual y procedimental que alumbre el porvenir y asegure la continuidad del ApS universitario.

La estructura del libro responde a tres grandes bloques de contenido. El primero de ellos conceptualiza el ApS y presenta las principales posibilidades que ofrece en la universidad, en general, y en la formación inicial docente, en particular. El segundo bloque aborda diferentes paradigmas y métodos de investigación desde los que analizar sus principales efectos y flancos de mejora. Por último, el tercer bloque relata, a modo de ejemplificación, una serie de intervenciones de ApS que han sido supervisadas y analizadas en el marco del proyecto INNOVA+3 de la Universitat Jaume I de Castellón.1

Para empezar, dado que el ApS es un fenómeno socioeducativo poliédrico, optamos por proponer un bloque inicial amplio, destinado a conceptualizar y presentar las más destacadas perspectivas y posibilidades que ofrece el ApS en la universidad. El primer capítulo ofrece una aproximación conceptual al término ApS en la que se rescatan, de un modo sintético, los principales referentes históricos, las modalidades de intervención que se le atribuyen y algunas pautas básicas para su aplicación. En el segundo capítulo se trata la relación del ApS con otros métodos pedagógicos activos, donde destacan las sinergias e interacciones que entre ellos pueden generarse. El tercer capítulo hace un análisis sobre las bases filosófico-pedagógicas que subyacen al ApS, lo cual permite conocer más a fondo los fundamentos que dan sentido y justifican la apuesta por este método. En el cuarto capítulo se hace un recorrido aproximativo al estado actual del ApS en las universidades españolas, tanto en términos de aplicación como de institucionalización. El quinto capítulo profundiza en la relación intrínseca entre ApS y responsabilidad social universitaria, proponiendo como novedad el empleo del modelo integral de stakeholders, para afrontarla desde esta perspectiva. Finalmente, el sexto capítulo, que cierra este bloque introductorio, reflexiona sobre el potencial del ApS como metodología capaz de estimular el emprendimiento social del alumnado.

El segundo bloque lo constituyen tres capítulos destinados a radiografiar el estado de la cuestión y presentar algunas claves para abordar la investigación del ApS en la universidad. En concreto, el séptimo capítulo trata de responder con carácter general a cómo se ha investigado hasta la fecha el ApS en las universidades españolas. Posteriormente, los dos siguientes capítulos exponen los principales paradigmas y métodos de investigación tratados tradicionalmente en la investigación del ApS: específicamente, se exponen los métodos cualitativos en el octavo y los cuantitativos y mixtos en el noveno.

El último bloque presenta tres capítulos que, a modo de ejemplificación, relatan programas de ApS aplicados en el ámbito de la formación inicial docente. El décimo capítulo aporta una visión multidisciplinar del proyecto INNOVA+3, relativo a la aplicación de ApS en la formación de maestros y maestras. El undécimo capítulo focaliza la mirada en cómo vive y qué significa el ApS para el colectivo receptor, constituido en este caso por alumnado de los Centros de Formación de Personas Adultas. Finalmente, el duodécimo capítulo se detiene en la descripción del ApS realizado en el área de Didáctica de la Expresión Corporal dentro del proyecto INNOVA+3.

En definitiva, nuestro deseo es presentar un libro de lectura ágil que acerque a la comunidad universitaria el método pedagógico del ApS desde diferentes prismas. Con un enfoque global, la obra aborda diferentes vertientes interconectadas de este planteamiento educativo, con la intención de permitir a los interesados apostar, con criterio y propiedad, por diferentes opciones de intervención e investigación que iluminen el siempre complejo camino de la innovación y la transformación educativa.

1. Proyecto I+D financiado por la Generalitat Valenciana en la convocatoria de la Orden 6/2015 de 9 de septiembre de 2016, bajo el título oficial: «El Aprendizaje-Servicio y las historias de vida en la formación de los futuros maestros y maestras: innovación metodológica en la Universidad Pública».

Bloque 1

1. Aproximación al aprendizaje-servicio como método pedagógico

Carlos Capella-Peris

Lorena Zorrilla-Silvestre

Jesús Gil-Gómez

Introducción

En este capítulo se presentan, en primer lugar, las principales características del aprendizaje-servicio como metodología activa y experiencial, las diferentes modalidades existentes y una serie de recomendaciones de aplicación. Cabe destacar que en esta metodología el alumnado se sitúa como agente activo de su proceso de enseñanza-aprendizaje mediante la atención a situaciones reales de carácter social. Por otro lado, las recomendaciones de aplicación pretenden aportar herramientas y modelos a seguir por parte del profesorado que desee aprovechar los beneficios de este método pedagógico.

La utilización de la metodología ApS permite incorporar de forma fácil y natural la educación ética y moral, el desarrollo de la capacidad crítica y la educación en valores en el sistema educativo, sin renunciar al aprendizaje puramente curricular, ya que, como veremos a continuación, estos aspectos forman parte del propio método pedagógico. El uso metodológico experiencial y activo ligado a lo curricular, sumado a su carácter social y recíproco, permite desarrollar contenidos, valores y competencias en situaciones reales a partir de la propia experiencia del alumnado, lo cual multiplica los beneficios y la significatividad de la vivencia.

Estas características básicas se hacen visibles en la utilización del ApS en el proyecto de investigación «Aprendizaje-servicio y las historias de vida en la formación de futuros maestros y maestras: innovación metodológica en la universidad pública», denominado simplificadamente INNOVA+3, el cual se va desgranando a lo largo del libro. A través de su implementación como innovación educativa en los grados de Maestro y Maestra de la Universitat Jaume I de Castellón, se han investigado sus efectos en el aprendizaje del alumnado sobre los dos ámbitos fundamentales que derivan de su conceptualización: los aprendizajes académicos y la construcción de la personalidad. Con todo, para aprovechar al máximo la lectura de esta obra, es necesario presentar una visión general de esta metodología.

El aprendizaje-servicio como metodología activa y experiencial

La reciente introducción y expansión en nuestro país y en toda Europa de esta metodología se ha traducido en la aparición de publicaciones específicas, grupos de investigación y redes. De la información generada se pueden extraer algunas de sus características que contribuyen a delimitar su definición.

El ApS está enmarcado dentro de las consideradas metodologías activas y experienciales. Estos rasgos los adquiere desde el momento en que sitúa al alumnado como centro del proceso de enseñanza-aprendizaje (Zorrilla, 2017), al trasladarse las decisiones del docente al alumnado y al darse las condiciones necesarias para que este construya por sí mismo el conocimiento, actuando autónomamente a fin de resolver o paliar una necesidad social existente (Fernández y Martínez, 2016; Gil, 2012). Por otro lado, al actuar en contextos reales poniendo en práctica los conocimientos adquiridos y aprendiendo a resolver situaciones cotidianas, surge la experiencialidad, que a su vez aporta un elemento de motivación y un baño de realidad (Gil-Gómez, Moliner-García, Chiva-Bartoll y García, 2016).

Otro rasgo característico del ApS hace referencia a su carácter social y recíproco. A través del ApS se presta un servicio a la sociedad atendiendo alguna necesidad social existente, provocando una transformación, a la vez que el alumnado consolida aprendizajes curriculares (Capella, 2016; Martínez, 2015). En consecuencia, el ApS debe ir ligado estructuralmente al aprendizaje de contenidos de una materia, y esta es otra de sus características esenciales. La reciprocidad significa un intercambio sociedad-formación en condiciones de igualdad: por una parte, el alumnado aprende aprovechando estructuras sociales del entorno y, por la otra, la sociedad recibe ayuda en la atención a una carencia determinada. Con ello, en lo tocante al alumnado, además de aprender aspectos académicos, se propicia el desarrollo de la identidad como persona y docente, a través de repensar sus creencias y ejercitar los valores democráticos y positivos que la situación va a generar en todos los casos (Capella, Gil y Martí, 2014). Estas cuestiones nos acercan a un marco educativo que aboga por la necesidad de abrir los centros educativos al entorno, establecer convenios de colaboración que enriquezcan a ambas partes e interactuar mutuamente con entidades sociales.

Para completar la caracterización del ApS es importante exponer brevemente las cuatro modalidades de aplicación que existen:

Su diferencia radica en la relación que se establece entre el alumnado y los receptores del servicio, así como en la actividad que se realiza. En el caso del servicio directo, el alumnado mantiene una relación directa con las personas receptoras del servicio o las situaciones de necesidad, e interviene directamente sobre el problema detectado. Por el contrario, en el servicio indirecto el objetivo es aportar recursos e ideas para intervenir sin entrar en contacto directo con los beneficiarios, mejorando la situación de necesidad y colaborando con las organizaciones comunitarias. La modalidad advocacy busca que el estudiantado contribuya a la eliminación de las causas que generan o mantienen un problema concreto de interés público que afecta a la comunidad (por ejemplo, campañas de concienciación y sensibilización sobre un tema, es decir, mediante la denuncia pública). Por último, el servicio de investigación se basa en la realización de proyectos de recopilación de información y documentación relevante para la vida de la comunidad, el conocimiento de las instancias y agentes sociales encargados de dar solución a los problemas de esta o la detección de las principales necesidades sociales.

Recomendaciones de aplicación

Antes de continuar, se debe aclarar que las siguientes indicaciones no suponen una estructura cerrada; nada más alejado de la realidad. La intención es aportar herramientas y modelos que puede seguir el profesorado, el cual deberá adaptar estas pautas a las características individuales del programa de ApS que pretenda aplicar.

Siguiendo a Puig, Batlle, Bosch y Palos (2007), que aportan una de las propuestas de aplicación más detalladas, las etapas y fases de desarrollo en cualquier proyecto de ApS deben ser las que siguen:

1. Preparación del educador

2. Planificación con el grupo

3. Ejecución con el grupo

4. Evaluación con el grupo

5. Evaluación con el educador

Siguiendo esta propuesta, se entiende que existen tres momentos cruciales en todo programa de ApS: un periodo inicial, que implica la preparación del educador, el grupo de trabajo y el proyecto a desarrollar; una etapa intermedia, que comporta la implementación del servicio propiamente dicho, y una fase final, que abarca los procesos de reflexión y evaluación. Esta disposición global concuerda con lo expuesto por Jeavons (1995).

Una vez definidas las etapas y fases de implementación, se presentan diversas recomendaciones para aplicar el ApS. Con la intención de asegurar la eficacia y de unificar los efectos de su uso, Howard (1993) describe los siguientes principios orientadores para una buena práctica:

Por otra parte, y a fin de fomentar la implementación de propuestas de ApS exitosas, Eyler y Giles (1999) exponen cuatro aspectos básicos que se han de satisfacer:

En una línea similar, Tapia (2010) destaca el consenso académico en cuanto a los tres criterios fundamentales para asegurar una buena calidad del ApS:

Asimismo, el National Youth Leadership Council (2008) establece ocho estándares básicos que se han de considerar en la práctica del ApS para el nivel K-12, si bien pueden resultarnos de utilidad en usos universitarios:

  1. Duración e intensidad: el periodo mínimo para producir efectos notables se establece en un trimestre y se determina que a mayor duración, mayores efectos.
  2. Conexión con el currículum: la práctica del ApS debe diseñarse de acuerdo con objetivos y aprendizajes curriculares.
  3. Creación de alianzas sociales: la prestación del servicio debe establecer relaciones de reciprocidad con el entramado social, en colaboración con distintas asociaciones y organizaciones a fin de alcanzar un beneficio mutuo.
  4. Servicio útil, servicio significativo: la implementación del ApS ha de satisfacer una necesidad social de forma significativa, adaptando sus propuestas en función de los intereses del alumnado y de los beneficiarios del servicio.
  5. Participación del estudiantado: los alumnos tienen que ser protagonistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, liderando la planificación, ejecución y evaluación de la experiencia. Para ello, se recomienda estimular la producción de ideas y la toma de decisiones de forma autónoma.
  6. Diversidad: representa el elemento decisivo para identificar y comprender múltiples perspectivas sociales, al estimular el desarrollo de las habilidades interpersonales y la resolución de conflictos.
  7. Supervisión del progreso: la aplicación del servicio debe supervisarse de forma continua, de modo que se corrijan posibles defectos de implementación.
  8. Reflexión: supone uno de los elementos básicos del ApS, por lo que ha de estar presente en todas sus fases y conectar los conocimientos previos con los nuevos.

Por último, basándonos en el metaanálisis realizado por Celio, Durlak y Dymnicki (2011), se exponen cuatro recomendaciones prácticas para lograr que los programas de ApS sean eficaces. En primer lugar, las experiencias de ApS deben estar vinculadas al currículum, el programa y los objetivos académicos. Establecer metas claras para el estudiantado y hacer conexiones explícitas entre el servicio y el aprendizaje se ha relacionado con un mayor compromiso y rendimiento académico, una mejora en las habilidades para resolver problemas y un mayor aprendizaje y satisfacción respecto al programa educativo. Del mismo modo, proporcionar oportunidades a los estudiantes para transferir o aplicar lo que han aprendido a múltiples contextos también se ha asociado a mejores resultados de aprendizaje.

La segunda recomendación anima a los educadores a dar voz al alumnado en la planificación, implementación y evaluación de las experiencias de ApS. Este hecho permite que obtengan un mayor beneficio en su comportamiento cívico y que desarrollen habilidades sociales. Por otra parte, la participación en el ApS ha sido un fuerte predictor de otros resultados positivos, como el desarrollo de la autoeficacia, la intensificación del vínculo con la escuela y la comunidad y la mejora del compromiso cívico en general.

La siguiente recomendación apunta a que el profesorado debe establecer alianzas comunitarias para solicitar sugerencias respecto a los elementos y objetivos del servicio que se ha de realizar. Una experiencia de ApS significativa fortalece los lazos comunitarios, genera relaciones beneficiosas, satisface necesidades sociales y beneficia por igual a los miembros de la comunidad y al estudiantado. Al mismo tiempo, los vínculos relacionales estrechos se asocian a la sostenibilidad del programa educativo a largo plazo.

La última recomendación hace hincapié en la importancia de los procesos de reflexión al vincular la acción del servicio con el aprendizaje. Fomentar la reflexión sobre la experiencia de los estudiantes aumenta la confianza en sí mismos y la participación en la escuela, promueve el comportamiento cívico y la responsabilidad social y potencia el cuidado de las relaciones personales.

Tras presentar las pautas y recomendaciones de diversos autores, muchas de ellas coincidentes y complementarias, exponemos a continuación los puntos clave analizados, a modo de conclusión:

Como ya hemos indicado, estas indicaciones no suponen un recetario cerrado, sino, más bien, una hoja de ruta para guiar el uso de este método pedagógico. En cualquier caso, se aconseja ajustar estas pautas básicas a las características individuales de cada propuesta de ApS. En capítulos posteriores se presenta una adaptación de estas recomendaciones al proyecto INNOVA+3, que ejemplifica, en la práctica, la aplicación de estas recomendaciones.

Consideraciones finales

La información aportada en este capítulo en cuanto a las características del ApS como metodología activa y experiencial y a las diversas modalidades existentes ofrece una aproximación conceptual sobre este método pedagógico. Por otra parte, las recomendaciones de aplicación presentadas aportan herramientas y pautas de implementación para aplicar esta metodología de forma satisfactoria.

La intención de este primer capítulo es servir como marco conceptual que facilite la lectura de los siguientes capítulos con el máximo aprovechamiento. La aplicación de ApS realizada en el proyecto INNOVA+3 sirve como base para desgranar a lo largo de esta obra aspectos fundamentales del uso de esta metodología. Desde la complementación de lo teórico y lo práctico, se abunda en las diversas posibilidades y alternativas que el ApS ofrece en el ámbito universitario y en su relación con otros métodos pedagógicos activos. También se reflexiona acerca de las bases filosófico-pedagógicas sobre las que se sustenta esta metodología, cuestión importante si hablamos de justificar teóricamente su uso.

Como se ha comentado a lo largo de este capítulo, el uso y la investigación sobre ApS en nuestro contexto constituye un fenómeno reciente. Examinar el estado actual de su uso en las universidades españolas, desde el punto de vista de la pedagogía y de la investigación, y como expresión concreta del ejercicio de la responsabilidad social universitaria, es necesario para mejorar su aplicación. Es desde esta perspectiva que el INNOVA+3 representa una magnífica oportunidad para aportar reflexiones y análisis que contribuyan a mejorar en la docencia universitaria.

Referencias bibliográficas

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Jeavons, T. (1995). «Service-Learning and Liberal Learning: A Marriage of Convenience». Michigan Journal of Community Service Learning, 1(2): 134-140.

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