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SOBRE LA AUTORA

La doctora Aviva Romm, se licención en medicina en la Universidad de Yale y es médico de familia certificada en Estados Unidos. Además, cuenta con la especialización en Obstreticia y Salud Integral de la mujer, es matrona y experta en medicina natural.

Nombrada «la cara de la medicina natural en el siglo XXI» por la revista Prevention, del grupo Hearst, la doctora Romm forma parte del Consejo Asesor de Medicia Integral de Yale, un órgano ampliamente consultado por asesores médicos y científicos.

Aviva es una gran oradora, muy solicitada en conferencias sobre salud, medicina y liderazgo femenino.

La información contenida en este libro se basa en las investigaciones y experiencias personales y profesionales del autor y no debe utilizarse como sustituto de una consulta médica. Cualquier intento de diagnóstico o tratamiento deberá realizarse bajo la dirección de un profesional de la salud.

La editorial no aboga por el uso de ningún protocolo de salud en particular, pero cree que la información contenida en este libro debe estar a disposición del público. La editorial y el autor no se hacen responsables de cualquier reacción adversa o consecuencia producidas como resultado de la puesta en práctica de las sugerencias, fórmulas o procedimientos expuestos en este libro. En caso de que el lector tenga alguna pregunta relacionada con la idoneidad de alguno de los procedimientos o tratamientos mencionados, tanto el autor como la editorial recomiendan encarecidamente consultar con un profesional de la salud.

Título original: THE ADRENAL THYROID REVOLUTION: A PROVEN 4-WEEK PROGRAM TO RESCUE YOUR METABOLISM, HORMONES, MIND & MOOD

Traducido del inglés por Loto Perrella

Diseño de portada: Editorial Sirio, S.A.

Diseño y maquetación de interior: Toñi F. Castellón

© de la edición original

2017 Aviva Romm

Publicado con autorización de HarperOne, un sello editorial de HarperCollins Publishers

© de la presente edición

Editorial Sirio, S.A.

C/ Rosa de los Vientos, 64

Pol. Ind. El Viso

29006-Málaga

España

www.editorialsirio.com

sirio@editorialsirio.com

I.S.B.N.: 978-84-17399-

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A todas las mujeres que se han sentido ignoradas y no escuchadas: no sois invisibles y no estáis solas.

A todas a las que os han dicho «está todo en tu cabeza», no es verdad.

Y todas las que han sentido que han dormido demasiado, que se levanten y brillen.

Movamos montañas todas juntas.

Cuando las mujeres dormidas despiertan,
se mueven las montañas.

Proverbio chino

INTRODUCCIÓN

VOLVER A SER UNA MISMA

Mi misión en la vida no es solo sobrevivir,

sino prosperar, y hacerlo con pasión, algo de

compasión, algo de humor y cierto estilo.

Maya Angelou

No me metí en medicina pensando que me especializaría en la función femenina de las suprarrenales o de la tiroides. Sabía mucho sobre la importancia de estas glándulas para la salud de la mujer, pero no era consciente de que pudieran llegar a tener un papel tan importante en mi práctica médica. Sin embargo, los síntomas inexplicables que experimentaban mis pacientes, y las dificultades por las que habían atravesado al intentar tener respuestas sobre sus síntomas y problemas de salud, pusieron a las suprarrenales y la tiroides en el centro de mi atención.

Mientras ayudaba a las mujeres con todas las preocupaciones que puede esperar un médico de familia integrativo, desde los problemas de peso hasta el dolor de cabeza, desde el colesterol alto hasta los desequilibrios hormonales, descubrí que casi todas mis pacientes presentaban además muchos otros síntomas que técnicamente no guardaban relación entre sí, al menos teniendo en cuenta cómo trabaja la medicina convencional. Además, eran síntomas preocupantes, no solo para ellas, sino para mí también, porque sabía que muchos de esos síntomas eran la señal de una inflamación permanente que anunciaba enfermedades crónicas potencialmente más graves en el futuro. Algunas ya habían llegado al punto de sufrir esas enfermedades crónicas.

Más del 80 % estaban fatigadas. Algunas veces se trataba de un problema menor, que les hacía depender de la cafeína y el azúcar para llegar al final del día, pero muchas luchaban con un agotamiento importante, que afectaba a su funcionamiento diario y su capacidad de ocuparse de su familia, de funcionar en el trabajo y de disfrutar de la vida. La gran mayoría no dormían bien: algunas no conseguían conciliar el sueño, otras se despertaban durante la noche y muchas se despertaban por la mañana con el deseo de volver a meter la cabeza bajo las sábanas porque seguían sintiéndose agotadas. La mayor parte necesitaban tomarse un café o dos para aguantar el día. Cerca de una tercera parte estaban tomando, o les habían recetado recientemente, una medicación para la depresión, la ansiedad o el sueño, o las tres cosas a la vez.

Eran comunes los problemas de memoria y de concentración, incluso en mujeres jóvenes de entre veinte y treinta años, lo que hacía que a algunas les preocupara la posibilidad de estar padeciendo una demencia temprana. No solo eran un problema el peso y su imagen corporal, sino que también lo eran las señales de síndrome metabólico, una afección prediabética seria, el colesterol elevado, la grasa abdominal y la presión sanguínea alta, aun en mujeres que estaban en la treintena y la cuarentena. Eran típicos los problemas digestivos, el estreñimiento, el reflujo, la hinchazón y el síndrome de colon irritable.

Me sorprendía mucho el número de mujeres que encontraba con afecciones autoinmunes. Con anterioridad se habían considerado patologías raras, y ahora al menos una de cada ocho de mis pacientes me venía con una afección autoinmune, que podía ser la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren, la enfermedad de Crohn, la psoriasis, la enfermedad celíaca o, más comúnmente, la tiroiditis de Hashimoto.

Casi todas mis pacientes estaban permanentemente agobiadas; tenían una sensación implacable de estrés y de aprensión a causa de su interminable lista de responsabilidades personales, profesionales y familiares. Eran incapaces de encontrar tiempo para cuidar de sí mismas, o incluso para preparar y consumir comidas con regularidad. Mis pacientes acudían a mí por lo que ahora se llama cada vez con más frecuencia «el conglomerado occidental», una serie de síntomas crónicos y afecciones médicas espantosamente comunes en el siglo xxi, y que en la década pasada se convirtieron en «la nueva normalidad». En general, se sentían enfermas, cansadas, agotadas y confusas, y no sabían por qué. Una y otra vez escuchaba pacientes que decían: «Doctora, solo quiero volver a ser yo misma».

Una mujer tras otra me visitaba después de haber visto a veces hasta cinco o más médicos de familia y especialistas que no tenían respuestas para ellas más allá de escribir una receta –a menudo una recomendación para tomar antidepresivos–, lo cual las dejaba con un sentimiento de soledad, de confusión y de no ser escuchadas, y sin soluciones para los síntomas muy reales que estaban afectando a su calidad de vida.

Este libro empezó como una respuesta a la necesidad que tenían estas mujeres de comprender con mayor profundidad lo que estaba sucediendo con su salud y por la necesidad existente de prevenir y revertir el conglomerado occidental. La revolución de la tiroides y las glándulas suprarrenales contiene el mismo planteamiento que desarrollé para las mujeres en mi consulta y que uso diariamente. Lo he escrito porque tú también mereces tener las respuestas que precisas para sentirte cómoda en tu cuerpo. Este programa está estudiado para revertir los síntomas que impiden que te sientas ­perfectamente; eliminará la sobrecarga de síntomas que impiden que te sientas de la mejor manera posible y te ayudará a pasar de estar agotada a sentirte revitalizada.

La revolución de la tiroides y las glándulas suprarrenales se enfoca en dos sistemas: las glándulas suprarrenales y la tiroides, que a menudo son los sistemas más sobrecargados y agobiados del cuerpo femenino. La sobrecarga de estos importantes órganos es el resultado de múltiples influencias que afectan a tu salud, que pronto comprenderás y aprenderás a cambiar.

¿Por qué hablo de una revolución? Porque ya es hora de que haya un cambio en todo lo relacionado con los cuidados de la salud de la mujer, y la profesión médica necesita sentarse y escuchar lo que le estamos diciendo. Las mujeres no solo sufren sin necesidad, sino que demasiadas son minusvaloradas, ignoradas y ofendidas. La vida de las mujeres está en juego, y no tiene por qué ser así. No debería ser así. Este libro ofrece una manera nueva y revolucionaria de pensar en la salud, según la cual puedes vivir con energía y libre de síntomas, en lugar de sentirte frustrada con tu cuerpo e incluso traicionada por él. Y te proporciona las herramientas necesarias para retomar las riendas de tu salud. Esto es revolucionario.

La solución que vas a descubrir reforzará y equilibrará múltiples sistemas de tu cuerpo y sanará los desequilibrios de base que te están afectando más. Te enseñará a preparar alimentos sencillos, potentes y sostenibles y a adoptar cambios de estilo de vida que aliviarán la sobrecarga tóxica multisistémica y te conducirán a una vida libre de síntomas y en la que gozarás de una energía renovada. He ayudado a miles de mujeres a transformar su salud y sus vidas, y me gustaría ayudarte a ti también.

MUJERES: NI VISTAS NI ESCUCHADAS

En la facultad de Medicina me enseñaron a diagnosticar y tratar una lista increíblemente larga de enfermedades. Estudié con algunos de los doctores más brillantes y prestigiosos del mundo en una de las instituciones médicas de más renombre. Sin embargo, en nuestra educación académica no se tomaban en cuenta las preocupaciones principales que llevaban a las mujeres a la consulta de un médico: el agotamiento, el agobio crónico, los problemas de memoria y de concentración, los desequilibrios hormonales, el insomnio, la depresión, la ansiedad y el peso inamovible. Solo se nos enseñaba qué medicamentos podían aliviar los síntomas, pero no se establecía ninguna correlación entre la diversidad de síntomas y sus causas, aparte de decir que eran de origen genético o que estaba «todo en la cabeza de la paciente», y no se analizaba por qué cantidades crecientes de mujeres estaban sufriendo esos síntomas, los cuales, aparentemente, no guardaban relación entre sí. Posiblemente como tú misma, mis pacientes se encontraban entre las decenas de millones de mujeres que luchaban contra una lista confusa de síntomas. A muchas las habían ignorado por padecer «síntomas sin explicación médica» o las habían tratado como «pacientes difíciles».

Permíteme que te presente algunas de las mujeres con las que he trabajado, cuyos síntomas habían sido subestimados o pasados por alto por sus médicos y para las cuales mi programa ha significado una gran diferencia.

Bethany: corriendo con el depósito vacío, y a qué precio

Con cuarenta y siete años, Bethany se sentía tan cansada que se mantenía en pie, a lo largo de todo el día, a base de café y tentempiés azucarados. A las cuatro de la tarde ya estaba deseando que llegara el momento de acostar a los niños y derrumbarse ella misma en la cama. Le habían diagnosticado colesterol elevado, presión sanguínea alta y prediabetes (que juntos conforman el síndrome metabólico) y presentaba un riesgo elevado de desarrollar una enfermedad cardíaca. Su médico de familia le recomendó que empezara a tomar un remedio para bajar el colesterol (estatinas). Ella no quería, pero estaba preocupada porque incluso después de seguir un programa restrictivo de detoxificación 1 y de acudir regularmente a una clase de spinning 2 cinco días a la semana por las mañanas, no había podido perder más que unos pocos de los dieciocho kilos que había engordado después del nacimiento de su cuarto hijo cinco años atrás. Su TSH –hormona estimulante de la tiroides; su examen es una importante prueba sanguínea de la tiroides– había aumentado al doble en el último año, lo cual era indicativo de que tenía hipotiroidismo, pero su médico le había asegurado que su tiroides estaba normal; había atribuido sus síntomas al agotamiento derivado del hecho de que era una madre muy ocupada.

Utilizando el programa que se encuentra en la segunda parte de este libro, a Bethany se le realizaron unas pruebas apropiadas para la tiroides, lo cual condujo a un diagnóstico y un tratamiento correctos, y su energía cambió completamente. Pudo prescindir del estímulo del azúcar y la cafeína y al cabo de unos meses su colesterol se normalizó y volvió a acercarse al peso que tenía antes de tener el bebé.

Liz: confusa, inestable y con desequilibrios hormonales

A sus treinta y nueve años, Liz quería poner en marcha una familia, así que vino a verme para el tema hormonal. Su problema con las hormonas había empezado alrededor de los veinte años e incluía un síndrome premenstrual importante y endometriosis. Ahora estaba batallando para quedarse embarazada. Además de esto, se sentía tan agotada que necesitaba descansar entre un paciente y otro en sus estudios de enfermería y no conseguía concentrarse en el estudio, cosa que atribuía a lo que describía como una sensación de «confusión cerebral». Le preocupaba la posibilidad de estar demasiado cansada físicamente y desconcentrada mentalmente para ser una buena enfermera, o una buena madre, en el caso de que finalmente tuviera un hijo.

Después de seguir mi programa durante unos meses solamente, Liz pudo quedarse embarazada, y ahora es la mamá de una niñita preciosa, a la cual puede dar el nivel de atención y cuidados que ella pretendía, a causa de la mejora de su energía y concentración.

Anna: cansada y frustrada, y con un diagnóstico oculto

Anna, de treinta y seis años, empezó a sentirse tan cansada seis meses antes de venir a verme que tuvo que reducir a la mitad sus horas de trabajo en un puesto en el que había estado a tiempo completo sin ningún problema durante más de una década. En ese tiempo había subido de peso catorce kilos, a pesar de no haber modificado su dieta. Después de las comidas parecía estar embarazada de seis meses a causa de la hinchazón. Se sentía frustrada por su cansancio y su aspecto, y le acababan de diagnosticar una afección autoinmune: la tiroiditis de Hashimoto.

En cuanto empezó con mi programa, identificó el gluten como el desencadenante alimentario de muchos de sus síntomas. Eliminamos el gluten de su dieta y utilizamos la Solución SOS 3 para seguir sanando su intestino y, con el tiempo, revertir su diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto. Anna perdió el peso sobrante, que era el resultado de una inflamación severa y de los problemas de tiroides, y recuperó su energía.

Debra: tensión, dolor y sensación de tener más años de los reales

A sus cincuenta y tantos años, Debra sintió que había pasado de golpe de una vitalidad vibrante y enérgica a sentirse agotada, vieja y apagada. Además, también había subido de peso –unos diez kilos en los últimos tres meses– y tenía dificultad para concentrarse en su trabajo de contable. No dormía bien y sufría de varios achaques y síntomas digestivos sin motivo aparente, incluido el estreñimiento. Cuando me visitó, ya había visto a unos cuantos médicos, que le habían dado una variedad de diagnósticos y los tratamientos correspondientes. «Quiero volver a ser yo, doctora Romm –me dijo–. Me siento como si tuviera ochenta años».

Al poco de empezar el programa, Debra ya podía dormir y sus dolores articulares habían mejorado. Tenía más movilidad y más energía y volvía a ser ella misma a medida que aprendía a comer de una manera que evitaba y reducía la inflamación, sobre todo porque aprendió a eliminar de su dieta los alimentos que habían sido para ella desencadenantes ocultos.

Se hace difícil imaginar que, antes de probar la Solución SOS, a Bethany, Liz, Anna y Debra les hubieran dicho que debían aceptar sus síntomas como gajes de la vida. Sin embargo, la negación por parte del sistema médico no es ninguna novedad para las mujeres. Se basa en prejuicios de siglos que siguen existiendo y que impregnan la institución y la práctica de la medicina en la actualidad. Histeria, que viene de la palabra griega que significa ‘útero’, hystera, era un diagnóstico médico que se daba a las mujeres «inestables» en tiempos tan cercanos como principios del siglo xx. Hipocondríaca es otra palabra históricamente atribuida a las mujeres con «dolencias» que no tienen una base física «diagnosticable». Las mujeres tienen muchas más probabilidades que los hombres de recibir un diagnóstico equivocado o un tratamiento inadecuado. Pueden pasar cinco o más años antes de que una mujer con síntomas crónicos relacionados con problemas de fatiga, memoria y concentración, y que padezca achaques, problemas hormonales y otros, pueda recibir un diagnóstico adecuado. Tristemente, debido a que hay tantas mujeres que han experimentado el rechazo y a las que han hecho sentirse pequeñas, quejicas, «difíciles» o hipocondríacas en la consulta del médico, hemos renunciado también a buscar ayuda, algunas veces incluso cuando la necesitamos por problemas de salud serios.

Tú también puedes haberte encontrado con distintos médicos en tu intento por comprender por qué te sientes como te sientes y qué puedes hacer para sentirte mejor. Y como millones de mujeres, probablemente has salido de la consulta sin soluciones. Con una duración media de las visitas de quince minutos o menos, esto no puede sorprender. He tenido pacientes a las que les han dicho que sus síntomas eran el resultado de unos genes desafortunados, gajes de la vida, el resultado de la menopausia o de la edad (tuve una paciente de unos veintitantos años a la que el médico ¡le dio esta respuesta!) y que deberían aceptarlo sin más. Quizá, como a tantas de mis pacientes, a ti también te dijeron que tus síntomas eran el resultado de tus propios hábitos y que, por ejemplo, si comieras menos e hicieras más ejercicio podrías perder peso. Posiblemente te ofrecieron una receta para un antidepresivo, un ansiolítico o cualquier otro fármaco. Muchas mujeres me confesaron su temor de que sus síntomas estuvieran realmente en su cabeza, puesto que se lo habían oído decir tantas veces a un médico y nadie conseguía encontrar «ningún problema» en su salud.

El hecho de que hayas escogido este libro me dice que sigues teniendo esperanza de hallar una solución natural y un enfoque diferente. Esto me alegra, porque esa ha sido la razón para escribirlo. He trabajado con muchas mujeres que han transformado su salud con los pasos que enseño en este libro, y todo empieza con el primero que tú ya has dado: ¡estar aquí! Aunque tus síntomas parezcan una gran mezcla carente de sentido, te aseguro que no lo son. En los capítulos que siguen te mostraré exactamente de qué manera están relacionados por causas raíz que se pueden prevenir, y revertir, y finalmente disiparemos la idea de que todo está en tu cabeza.

Déjame que te lo repita: tus síntomas no están en tu cabeza. No estás loca.

Reconocer, comprender y tratar tus síntomas desde la base, como pronto aprenderás a hacer, te aportará una solución duradera. Esta es la clave para una energía y una vitalidad continuadas.

UN SISTEMA ABRUMADO LLEVA A UNA SOBRECARGA DE SÍNTOMAS

Desde el momento en que has escogido este libro existe la posibilidad de que estés luchando contra uno o más de los siguientes síntomas: agotamiento, problemas de memoria o de concentración, ansiedad, depresión o sobrepeso –no sabes cómo has llegado a engordar, o por qué no puedes adelgazar, a pesar de tu dieta muy estricta o de hacer mucho ejercicio–. El sueño posiblemente te rehúya, lo cual empeora tu estado de ánimo y tu concentración; sin embargo, durante el día sigues teniendo que funcionar, lo cual te conduce a tomar café, azúcar y otros estimulantes para poder mantener la energía y la atención.

Además, quizá estés batallando con problemas hormonales, tales como el síndrome premenstrual (SPM), el síndrome del ovario poliquístico (PCOS), la endometriosis, problemas de fertilidad o el acné. Tal vez estés peleando con uno o más síntomas relacionados, como problemas digestivos, migrañas y dolores de cabeza crónicos, alguna enfermedad común, herpes labial, infecciones urinarias, alergias estacionales o intolerancias alimentarias.

Asimismo, el síndrome del colon irritable, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, la artritis reumatoide o una afección autoinmune como la tiroiditis de Hashimoto pueden estar ensombreciendo tu vida. Tal vez ya te hayan diagnosticado presión sanguínea alta, colesterol elevado, resistencia a la insulina, síndrome metabólico o diabetes y quieras revertir esa situación.

Quizá sufras solo algunos de estos síntomas, o, como la mayor parte de mis pacientes, cinco o más. Quizá hayas tenido que perder días de trabajo o excusarte de participar en actividades que te ­gustaría poder realizar. O a veces puedes haber estado demasiado agotada para poder jugar con tus hijos o para salir con tu compañero o con tus amigas. Tú, como tantas mujeres con las que he trabajado, puedes haber intentado hacer ver que todo está bien mientras te sientes como si colgaras de un hilo.

Desde el punto de vista de la medicina convencional, los distintos síntomas que experimentan muchas mujeres no coinciden claramente con un diagnóstico, pero yo sabía que tenía que haber una explicación. Me pregunté: «¿Qué está ocurriendo en realidad? ¿Qué es lo que afecta de manera parecida a tantas mujeres con distintas procedencias? ¿Por qué tantas mujeres experimentan una sobrecarga de síntomas? ¿Qué desequilibrios subyacentes o de base pueden hallarse en la raíz de esto?». No pasó mucho tiempo antes de que pudiera atar cabos.

TODO ESTÁ CONECTADO

Mis treinta años de experiencia como comadrona y herbolaria me enseñaron a orientar a las mujeres en sus cambios holísticos de estilo de vida, no solo a echar mano del recetario como la primera y única manera de ayudar a mis pacientes. La obstetricia y la medicina herbolaria se basan en el convencimiento de que el cuerpo posee su propia sabiduría innata, de que el organismo humano básicamente busca la reparación y el bienestar, de que no hay separación entre la mente y el cuerpo, de que el cuerpo humano es un conjunto de sistemas interconectados antes que separados y de que la enfermedad crónica no empieza en el momento del diagnóstico sino que, con raras excepciones, es el resultado de una combinación de factores plurales que finalmente hacen decantar la balanza del estado de salud a la enfermedad.

Estas ideas no son nuevas (pero ¡mis soluciones lo son!), y tampoco la conexión mente-cuerpo-salud es una filosofía pseudocientífica. Veinticinco años de ciencia dura han producido la psiconeuroinmunología (PNI), el estudio de la interconexión de los sistemas inmunitario, nervioso y endocrino, lo cual demuestra de manera inequívoca la relación existente entre el estrés y las emociones, la inmunidad, el estado de ánimo, la función cognitiva y las hormonas. A medida que exploraba este fenómeno en profundidad, me encontré releyendo el primer libro sobre PNI que había leído, para ayudarme a atar cabos sobre lo que realmente estaba sucediendo.

Había leído en primer lugar ¿Por qué las cebras no tienen úlcera?, de Robert Sapolsky, ganador del MacArthur Genius Award y profesor de Neuroendocrinología en la Universidad de Stanford en 1998. Sapolsky se basa ampliamente en la demostración científica no solo de la interconexión fisiológica de lo que parecen ser sistemas y síntomas corporales separados, sino también en el impacto de diversos tipos de estrés sobre el cuerpo humano como resultado de desencadenar un sistema primitivo de supervivencia, llamado eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA, por sus siglas en inglés), que controla la respuesta al estrés. Este eje empieza en el cerebro y se extiende por todo el cuerpo, conectando los sistemas nervioso, inmunitario, digestivo y circulatorio, por medio del envío de mensajeros químicos y hormonales. Un trastorno en cualquier área puede llevar, y de hecho lleva, a cualquiera, y a todos, los síntomas y problemas de salud contra los que luchan mis pacientes.

Sabía que había llegado al corazón del problema, y esto con el tiempo me llevó a desarrollar el programa que utilizo en mi consulta y que pongo a disposición de mis lectoras en este libro.

¿ESTÁS EN SITUACIÓN DE SOS?

El eje HPA controla una respuesta al estrés de duración relativamente corta, que puede durar minutos u horas. No está preparado para activarse con la frecuencia con que lo hace hoy en día para la mayor parte de nosotros, es decir, de manera crónica o repetida diariamente, debido al estrés de la vida moderna. Cuando se activa, este sistema nos pone en «modo de supervivencia» para protegernos de las amenazas inmediatas a nuestra seguridad, desde una infección hasta la escasez de alimentos o los ataques de animales, por mencionar solo unas pocas. Pero el cerebro no distingue fácilmente entre el peligro percibido (el peligro que en realidad no amenaza nuestra vida, como las facturas por pagar o llamadas de teléfono, textos y mensajes a los que hay que contestar) y las amenazas reales e inmediatas (como el remolque de un tráiler que se mete en tu carril, las reducciones en tu empresa que te hacen preguntarte si seguirás teniendo trabajo dentro de unas semanas o el estrés y las preocupaciones globales a los que nos enfrentamos cada día). Así, este sistema continúa en un estado constante de alerta máxima, como si hubiera quedado bloqueado en la posición de encendido, y nosotros permanecemos activados crónicamente en el modo de supervivencia.

Desde la perspectiva de la psiconeuroinmunología, lo que veía en mis pacientes de repente tuvo sentido. Cuando se activa el eje HPA, tiene lugar una serie compleja de respuestas, que permiten que el cuerpo sobreviva al peligro. Estas respuestas incluyen una hiperpercepción mental muy agudizada, el incremento del azúcar en sangre y la liberación de insulina y una estimulación del sistema inmunitario. Al mismo tiempo, se desvía la energía de funciones importantes pero menos urgentes a corto plazo, tales como la digestión y la reproducción. Son estas respuestas, y otras relacionadas y sobre las que te hablaré dentro de poco, las que cuando están activadas de manera crónica son responsables tanto de los síntomas como de las afecciones a los que se enfrentan tantas mujeres y que este libro pretende ayudar a revertir.

La mayor parte de mis pacientes asumían fácilmente la idea de que estaban viviendo en un modo de supervivencia crónico. De hecho, varias de ellas me habían comentado precisamente esto. De manera que empecé a llamar a la conexión entre el agobio crónico y el consiguiente impacto sobre la salud survival overdrive syndrome, (SOS), o síndrome de sobrecarga por supervivencia.

Pero incluso después de ponerle un nombre sabía que me faltaba una conexión importante. Muchas de mis pacientes habían sufrido un periodo de tiempo en que el estrés elevado era evidente, antes de empezar a presentar los síntomas, o tenían más estrés de lo normal en sus vidas, pero para otras ese no era el caso. Sin embargo, a pesar de la falta de un estrés mental o emocional significativo, también presentaban síntomas y enfermedades crónicas que olían al SOS. Así que seguí investigando. ¿Cuál era el cabo que me faltaba por atar? ¿Por qué estas mujeres también mostraban los mismos síntomas del SOS?

MÁS QUE UNA SENSACIÓN

Me zambullí en la ciencia de la respuesta al estrés y esto me ofreció una serie de descubrimientos sugerentes. El más importante fue que no era solo el estrés emocional y mental crónico el que podía activar el SOS. Era cualquier tipo de desencadenantes que funcionan como agentes estresantes y que prevalecen sobre nuestros sistemas sanadores internos, naturalmente autocorrectores. Al revertir estos activadores en mis pacientes realmente empezaron a aparecer grandes resultados de manera coherente, y eso se convirtió en una parte del núcleo de mi Solución SOS. Estos activadores incluyen la inflamación crónica, la exposición a toxinas ambientales y el funcionamiento insuficiente de la detoxificación interna, la falta de sueño, los activadores alimentarios, los desequilibrios del azúcar en sangre, los trastornos de la salud intestinal e incluso infecciones víricas de las que mis pacientes ignoraban la existencia.

LAS BASES DEL DESEQUILIBRIO

Lo que nosotros llamamos síntomas, e incluso enfermedades, son manifestaciones superficiales de lo que está sucediendo a un nivel más profundo y menos evidente del cuerpo, las raíces ocultas, o causas raíz, de los problemas de salud. Hay cinco causas raíz que sobrecargan nuestra respuesta al estrés y ponen el sistema en una situación que conduce al síndrome de sobrecarga por ­supervivencia:

  1. Estrés emocional y mental crónico: cuando el ajetreo diario de la vida nunca se para o no te deja tiempo para apretar el botón de pausa y ocuparte de ti misma o tener un sueño reparador.
  2. Alimentos gatillo: los alimentos que podrían estar causando una inflamación oculta, esos nutrientes que podrían faltarle a tu cuerpo y que necesitas para sanar, y esas subidas y bajadas del azúcar que mantienen activada tu respuesta de estrés.
  3. Desequilibrios intestinales: daño a la mucosa intestinal o a la microbiota por parte de alimentos gatillo, del estrés y de algunos medicamentos.
  4. Sobrecarga tóxica: exposición a alimentos y a productos para el hogar y ambientales, así como un funcionamiento insuficiente de los procesos de detoxificación natural, debidos a las carencias alimentarias y a la mala eliminación.
  5. Infecciones ocultas: nuevas infecciones o reactivación de infecciones pasadas, habitualmente de origen vírico, que mantienen el sistema inmunitario crónicamente activado.

Cuando nos ocupamos de las causas raíz y eliminamos los obstáculos a las respuestas de sanación innata del organismo, y añadimos los importantes elementos curativos que necesita nuestro cuerpo, este empieza a recuperarse de manera natural. La ciencia está de nuestro lado: se ha demostrado que incluso unos cambios sencillos en el estilo de vida y en la alimentación pueden impedir y revertir la mayor parte de los síntomas y algunas enfermedades muy reales, lo cual incluye el 93 % de la diabetes, el 81 % de los ataques al corazón, el 50 % de los derrames cerebrales y el 36 % de todos los cánceres. Estos mismos cambios aumentarán nuestra energía, aliviarán la confusión mental, equilibrarán las hormonas, nos ayudarán a perder peso y ofrecerán muchos más beneficios.

CÓMO SALIR DEL MODO DE SUPERVIVENCIA: LA SOLUCIÓN SOS

Formulé la Solución SOS, que encontrarás en la segunda parte de este libro, para acabar con las influencias ocultas que te mantienen enferma y cansada, impidiendo que puedas recuperar tu mejor estado de forma, y para ayudarte a reponer los elementos importantes que tu cuerpo necesita para estar bien. Mi programa se basa en dos filosofías principales:

  1. Tu cuerpo tiene una sabiduría innata y quiere alcanzar el equilibrio y la salud.
  2. Solo hemos de eliminar lo que te perjudica y proveer los elementos que faltan y que tu cuerpo necesita para sanar.

Al contrario de muchos programas que restringen prácticamente todo, la Solución SOS te da un esquema de vida para la alimentación y el disfrute. Aquí no hay privaciones. Solo hay que darle al cuerpo lo que necesita, incluidos los nutrientes y los hábitos de vida correctos, y eliminar los obstáculos –las causas raíz– que conducen al SOS. Sé que esto parece demasiado sencillo, pero en realidad es todo lo que se necesita, junto con el compromiso de despertar al sanador interior.

En el breve plazo de dos semanas después de aplicar la Solución SOS, he visto a mis pacientes perder hasta seis kilos, reducir su circunferencia de la cintura y vestir tallas más pequeñas. La confusión mental se aclara. Como me dijo una paciente: «Doctora Romm, me siento como si alguien hubiera puesto en marcha los limpiaparabrisas de mi cerebro y ahora puedo pensar con claridad otra vez». La ansiedad por el azúcar y la comida basura desaparece y la digestión mejora. Mis pacientes duermen mejor y se sienten más calmadas y con más energía de lo que se habían sentido antes, a veces durante años. También se ven más jóvenes, porque sus células están siendo alimentadas, lo cual hace que su cutis se vea más saludable y vibrante. He visto desaparecer achaques crónicos, incluso de muchos años, en un plazo de dos semanas, y la remisión total de la diabetes y de afecciones autoinmunes que se suponían «incurables». Todo esto sucede porque mis pacientes han empezado a descifrar la clave de lo que las mantenía enfermas y cansadas. Y lo sorprendente es que al comprobar los beneficios del plan lo aprecian tanto que lo adoptan como estilo de vida.

En la Solución SOS te enseño cómo recuperar tu salud con antídotos contra las causas raíz –las cinco soluciones que pueden tener un impacto mayor en un plazo de dos a cuatro semanas–. Me gusta pensar en este plan como el inicio de la mejor parte de tu vida.

Esto es lo que habrás de hacer:

Reiniciar: mejorar la calidad de tu dieta es el principal factor para recuperar la salud. En un programa de veintiún días de reinicio aprenderás qué alimentos activan el SOS en el caso de la mayor parte de las mujeres y qué activadores son exclusivos para ti, lo cual te permitirá personalizar tu programa. También podrás divertirte haciendo una detoxificación de tu despensa, tu botiquín y tus productos de higiene corporal para eliminar exposiciones ocultas, que pueden estar haciendo estragos en tus hormonas, tu mente, tu sistema inmunitario, tu tiroides y otros. Asimismo, aprenderás a equilibrar el azúcar en sangre y sustituir los alimentos perjudiciales por los nutrientes que la mayoría de las mujeres no reciben y sin los cuales tu cuerpo no puede sanar.

Replantear: con la Solución SOS no son solo las dietas y la casa las que se detoxifican, sino que también aprenderás a cambiar tus patrones mentales que ahora te mantienen estresada, ansiosa y agobiada, por otros que te darán más tiempo y energía para vivir tu vida de manera más sana. Sí, eso es en verdad posible. Aprenderás a soltar las creencias y conductas que pueden estar impidiéndote, en gran medida, disfrutar de una vida mucho más fácil. Son ejemplos el perfeccionismo, el síndrome de la buena chica y el miedo a perder una oportunidad. También te ayudaré a renovar tu relación con uno de tus mejores amigos –un sueño reparador– y te enseñaré a entrar en tu zona personal.

Reparar: en el capítulo seis trabajaremos paso a paso sanando los múltiples sistemas implicados en el SOS: los sistemas digestivo, inmunitario, hormonal y de detoxificación. Utilizando la última información sobre los suplementos nutricionales y botánicos más seguros y efectivos, revitalizarás estos sistemas para que trabajen para ti (y no contra ti) con los pasos necesarios para revertir el SOS y sanar las suprarrenales y la tiroides.

Recargar: en el capítulo siete aprenderás los secretos para recargar directamente tus glándulas suprarrenales y la tiroides con la ayuda de hierbas, suplementos y los estímulos naturales de la energía que realmente funcionan. También te enseñaré las pruebas que necesitas hacer para detectar un problema oculto de tiroides, los tratamientos que realmente funcionan, cuándo es necesaria una suplementación de la hormona tiroidea, cómo trabajar con tu médico para escoger el suplemento apropiado con la dosis correcta para ti y todo el resto de información sobre las suprarrenales y la tiroides que querías conocer pero no tenías a nadie a quien preguntarle.

Recuperar: una vez que hayas superado los pasos de reiniciar, replantear, reparar y recargar, estarás en el buen camino para sentirte recuperada. Utilizarás información hecha a tu medida para seguir adelante con un plan sostenible a largo plazo para conseguir una vitalidad óptima. El estilo de vida de recuperación es una versión de la dieta mediterránea con alimentos reales que impulsa la energía y quema la grasa, llena de alimentos fantásticos (incluidos el chocolate y el guacamole), de la cual tú y toda tu familia podréis disfrutar. Aprenderás a mantener tu depósito de energía lleno y no volverás a permitirte vivir de los gases de escape.

#RECUPERATUSALUD

Estar afectada por una gran cantidad de síntomas crónicos no es inevitable y no ha de ser necesariamente tu destino. No necesitas estar condenada a una vida de pastillas para cada problema o a una vida llena de síntomas y enfermedad. Tu cuerpo tiene la capacidad de sanar más allá de lo que jamás te hayan hecho creer, y tú tienes mucho más control sobre tu vida de lo que jamás te hayan dicho. Hay una explicación a por qué te sientes enferma y cansada. No es solo el envejecimiento normal o los genes defectuosos. Tú le has de facilitar a tu cuerpo los ingredientes que necesita para movilizar diariamente sus respuestas de autosanación.

Por eso he escrito este libro. He recogido todo lo que he aprendido durante décadas de investigación en medicina natural, y ahora más de diez años de investigación en psiconeuroinmunología, salud suprarrenal y de la tiroides, junto con la experiencia de ayudar a mis pacientes cada día en mi consulta médica, y lo he puesto en tus manos, con explicaciones sencillas que te ayudarán a sentirte fuerte y a tener éxito. Como una de las expertas más buscadas en naturopatía y nutrición para las mujeres, estoy extraordinariamente cualificada para aportarte orientación. Te daré un plan que te permitirá poner fin al método de ensayo y error por el que estás probando distintos suplementos, hierbas y medicaciones para la tiroides; podrás poner punto final a las adivinanzas dietéticas y nutricionales y al desafío de identificar y reducir los desencadenantes medioambientales. Este plan es nueva medicina para las mujeres, y está basado en la alimentación, el cuidado de una misma y la capacitación personal. Se trata de recargar las pilas y mantenerlas cargadas.

Está pensado específicamente para no agobiarte y no ser «una tarea más que hacer». Está pensado para ser una aventura, lo mejor que puedes hacer por ti misma empezando desde ya. Te encantará cómo te sentirás.

Así ¿qué? Doctora Romm, ¿puedo hacer esto en solo cuatro semanas?

¡Sí! Si me permites acompañarte durante solo veintiocho días de tu vida, haremos maravillas juntas. Mis pacientes las hacen, así que tú también puedes. Ponerse bien no tiene por qué ser difícil. Este es un plan suave, factible, de apoyo, que, por fin, te dará los resultados que has estado buscando.

Así que pasemos a las cuatro semanas que van a ser el nuevo inicio del resto de tu vida.

Un viaje de mil millas empieza con un paso.


1 En este libro se utilizan las formas detoxificación y detoxificar, no normativas pero de uso muy extendido, para indicar la depuración respecto de sustancias nocivas para el cuerpo, depuración que no tiene por qué suponer la carga de gravedad normalmente asociada a los términos normativos, desintoxicación y desintoxicar.

2 Spinning: práctica gimnástica que tiene lugar sobre una bicicleta estática en que la persona pedalea con distintos grados de intensidad, alternativamente, en diversas secuencias temporales.

3 SOS: Survival Overdrive Syndrome o síndrome de sobrecarga por supervivencia (N. de la T.).

AGRADECIMIENTOS

Aunque el arte de escribir, especialmente un libro, sea un trabajo solitario, en realidad se necesita mucha gente, y estoy agradecida a la mía: Tracy Romm, mi marido desde hace treinta y dos años, que no se molestó por el cartel de «no molestar» que yo llevaba colgado al cuello, que hizo que nuestro mundo siguiera funcionando mientras yo escribía y que aseguraba que el sonido del ordenador que hacía al teclear en la cama lo reconfortaba, porque significaba que yo estaba cerca. También hizo la revisión de cada palabra que escribí.

Mi hija Mima, que representó un faro de intuición, sabiduría, aliento y buen humor con sus revisiones y comentarios de cada aspecto del libro y que me mantuvo en la senda. Trabajar con vosotros fue lo mejor de todo.

Mis queridos amigos, el doctor Jeff Jump y Robin Gellman, economista, que me dijeron: «Sí, me gustaría» (y era verdad) cuando les pedí que revisaran mi manuscrito en medio de sus atareadas vidas. Una gran reverencia para Megan Liebmann y Amanda Swann por protegerme mientras escribía sin parar.

Y un agradecimiento especial al «equipo oculto»: Alisa Bowman, que me proporcionó un asesoramiento editorial fabuloso y me recordó que confiase en mi instinto; mi agente, Celeste Fine; su asistente, John Maas, y J. J. Virgin por presentarme a Celeste; mi editor que siempre me ha animado, Gideon Weil y su inteligente y generosa asistente, Sydney Rogers, de HarperOne, por su convencimiento de que este libro tenía que estar en manos de las mujeres lectoras y por ayudar a que eso sucediera.

Gracias a mis colegas especiales de mi comunidad de salud y de negocios, que están convencidos de que hay espacio y necesidad para que todos nosotros levantemos nuestras voces y que me han apoyado de muchas maneras en lo personal y lo profesional: Pilar Gerasimo, Gabrielle Bernstein, Kris Carr, doctora Kelly Brogan, doctora Lisa Rankin, doctora Izaballa Wentz, Terri Cole, Jonathan Fields, Michael Wentz y Michael Fishman, por nombrar solo unos pocos de los que realmente han estado ahí.

A mis hijos Iyah, Yemima, Forest y Naomi, por ser unos adultos fabulosos con los que puedo discutir ideas y que me ponen pruebas y me inspiran. Sois la base y la fuente de sanación en mi vida. A Sylvia y Eric, que han añadido más amor a nuestra familia, y a mis nietos, que me mantienen fuera del SOS con sus risas y su encanto. A Michelle Collins, por ser mi hermana del alma, por animarme siempre y por hacerme reír tanto en esta vida. Eres la mejor medicina.

Finalmente, un gran agradecimiento a las mujeres de mi consulta, mis cursos y mi mundo online, que dan sentido a mi vida y a mi trabajo, además de traer agradecimiento a mi corazón e inspiración a mi mente. Este libro lo escribí para vosotras, y con vosotras en mente en cada paso del camino.

Primera parte

LAS RAÍCES DEL SOS

APÉNDICE 2

TRABAJAR CON TU PROFESIONAL
DE LA SALUD O BUSCAR OTRO

En tu viaje hacia el bienestar puede ser una ventaja inestimable que tengas de tu parte un profesional de la salud que te apoye. Por desgracia, la mayor parte de los médicos están tristemente poco preparados para identificar y tratar los síntomas que te han traído hasta este libro y carecen del conocimiento de conjunto necesario para diagnosticar y tratar correctamente el hipotiroidismo. Algunos están abiertos a hablar del tema, pero son (razonablemente) escépticos frente a las pruebas y tratamientos poco estudiados. A continuación te hago algunas sugerencias para que tu relación con tu médico pueda funcionar:

  1. Programa una visita específicamente para hablar de tus preocupaciones actuales, ideas, necesidades de tratamiento y peticiones (en lugar de intentar hacer coincidir el tema con tu visita anual o añadirlo a la visita para la prueba de Papanicolaou, por ejemplo, o a la visita para otro problema).
  2. Antes de la visita, piensa a fondo para qué y por qué necesitas ayuda y apúntate los aspectos importantes en una libreta o en una ficha. Utilízalo como guion cuando vayas al médico. Esto te ayudará a mantenerte centrada y calmada, y además darás la impresión de estar preparada y organizada, de haber estado pensando e investigando sobre el tema.
  3. En la visita, hazle saber a tu médico que respetas su preparación y sus credenciales, así como sus conocimientos y honradez. Hazle saber también que te gustaría tomar el control de tu propia salud y ser más como una socia activa en el cuidado de tu salud, que en verdad aprecias su colaboración y consejo y que te agradaría trabajar con un médico que te vea de esta manera y disfrute de trabajar en colaboración.
  4. Lleva contigo algunas referencias y fuentes. Por ejemplo, en la página avivaromm.com/adrenal-thyroid-revolution puedes descargar un resumen de laboratorios importantes y una página con referencias médicas que demuestran su validez para las mujeres que tienen un conjunto de problemas de salud como el tuyo. O llévate este libro a tu visita. Hazle saber a tu médico que has estado investigando sobre tus síntomas y que crees que las pruebas que le pides aclararán lo que está sucediendo de tal manera que tu salud mejorará. Al fin y al cabo, este es también el objetivo de tu médico; todos queremos ver a nuestros pacientes con buena salud y bienestar. Y nos encanta tener una relación positiva con ellos.

Sin embargo, si no puedes tener una conversación clara con tu médico, o si sientes que no te escucha o lo hace con condescendencia, ese es otro asunto, y probablemente sería más útil para ti buscar a otro. Deberías poder tener conversaciones mutuamente respetuosas con tu médico, recibir las respuestas que buscas y que sea capaz de analizar tus preocupaciones.

ENCUENTRA EL MÉDICO «ALTERNATIVO» ADECUADO PARA TI

Podrías tener más suerte a la hora de buscar un médico que comprenda lo que buscas si entras en las páginas del American Board of Integrative Medicine (‘consejo estadounidense de medicina integrativa’), el American Board of Integrative and Holistic Medicine (‘consejo estadounidense de medicina integrativa y holística’) o el Institute of Functional Medicine (‘instituto de medicina funcional’): todos tienen una lista de profesionales. Busca alguien que sea médico especializado en medicina interna, medicina de familia, ginecología o endocrinología, para asegurarte de que tiene la preparación médica apropiada para abordar tus problemas específicos. Las enfermeras, las enfermeras especializadas y las comadronas diplomadas son también excelentes opciones, y en la mayor parte de los estados 1 están capacitadas para hacer pruebas, diagnosticar y recetar. Los naturópatas son también buenas opciones si están autorizados en tu estado. En los estados en los que no están autorizados, podrás encontrar practicantes que se denominan como tales, pero solo contarán con una preparación a distancia o una formación de unos cuantos fines de semana; por ello, busca a un naturópata que haya estudiado en una de las universidades en que la formación es de cuatro años y que esté autorizado en tu estado.

Si estás trabajando con un practicante de la medicina integrativa o funcional, asegúrate de conocer el alcance de su preparación y experiencia, y no dudes en hacerle preguntas sobre los hechos que se hallan tras las pruebas y los tratamientos que te ofrece. Se aplican técnicas, instrumentos y tratamientos no regulados y no demostrados, incluso entre los médicos. Tu médico debería poder explicar de manera racional las pruebas y terapias a las que ­quiere someterte, y debería poder darte una valoración realista de su efectividad. También debería estar dispuesto a revelar sus márgenes de beneficio en relación con cualquier prueba o suplemento que te ofrezca. Es razonable que los médicos adopten un modelo de negocio basado en los beneficios, incluso cuando la salud está en juego, pero deberían reconocerlo abiertamente, ya que puede influir en las recomendaciones que se hacen a los pacientes en muchas consultas.

En tu proceso para encontrar la salud, pueden ser muy valiosos también los acupuntores, herbolarios, masajistas, nutricionistas, asesores de salud, maestros de yoga y otros practicantes integrativos. Igualmente, asegúrate de que estén formados de manera adecuada para ofrecer los servicios que proponen.

Con cualquier facultativo, si sientes que te falta al respeto, si sientes que te está vendiendo una serie de productos o si muestra una polarización excesiva contra la medicina convencional, que te podría limitar a la hora de obtener los cuidados convencionales apropiados, busca a otro profesional. Sobre todo, confía en tu intuición y buen juicio y aplica el sentido común. Probablemente tendrás razón.


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