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Este libro está dedicado con todo mi amor y admiración a mi hija Lauren Gray. Sus juicios sobre las mujeres y sus relaciones me inspiraron a desarrollar muchas de las ideas nuevas de este libro.

Introducción

Escribí Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus hace veinticinco años, y desde entonces no ha dejado de ser un best seller, con millones de lectores en todo el mundo. Continúa tocando la vida de muchas personas en cincuenta idiomas y más de ciento cincuenta países. Durante mis entrevistas en el mundo entero, las preguntas más frecuentes que me hacen son: “¿Cómo han cambiado las relaciones en los últimos veinticinco años? ¿Las ideas de su libro siguen vigentes?”.

¿Cómo han cambiado las relaciones en los últimos veinticinco años? ¿Las ideas de su libro siguen vigentes?

La respuesta corta: el mundo ha cambiado drásticamente, con implicaciones significativas para nuestras relaciones. El creciente ritmo del trabajo y la vida ha incrementado el estrés tanto para los hombres como para las mujeres. Y con millones de mujeres más en los centros de trabajo y la adopción por los hombres de más responsabilidades en el hogar, la dinámica de las relaciones se ha modificado.

Lo que necesitamos en nuestras relaciones para experimentar una realización duradera ha cambiado radicalmente. Hombres y mujeres requerimos ahora un nuevo tipo de apoyo emocional que incluya más autenticidad, intimidad y expresión personal. Han quedado atrás los días en que se necesitaba que una mujer fuera sumisa y dependiera de los hombres y en que un hombre cargaba con la responsabilidad de mantener solo a su familia.

Este cambio ha creado nuevas e increíbles oportunidades, tanto para las relaciones como para los individuos. La gente tiene la oportunidad de ser ella misma en formas antes imposibles y de adoptar características que rebasan las de sus roles de género tradicionales, lo que permite relaciones de una intimidad más profunda.

Pero estos cambios también han traído aparejados nuevos y significativos desafíos. Debemos aprender a expresar de modo satisfactorio nuestras cualidades masculinas y femeninas de manera que reduzcan nuestro estrés, no que lo aumenten. Y debemos aprender a apoyar las nuevas necesidades de nuestra pareja mientras ella hace lo mismo por nosotros.

En cierto sentido, los hombres aún son de Marte y las mujeres aún son de Venus, y muchas de las ideas de mi primer libro siguen siendo completamente válidas. Pero con una mayor libertad para expresarnos, necesitamos una nueva serie de habilidades para sostener relaciones exitosas. Más allá de Marte y Venus te enseñará estas habilidades.

Que hoy las mujeres trabajen codo a codo con los hombres y ellos participen más en la educación de los hijos no significa que hombres y mujeres seamos iguales. Es indudable que nuestros roles han cambiado, pero nuestra biología es muy diferente todavía. Y como hombres y mujeres somos distintos, reaccionamos a los cambios en nuestros roles de forma distinta, a menudo incomprendida y malinterpretada por nuestra pareja. En Más allá de Marte y Venus exploraremos en gran detalle nuestras nuevas necesidades de apoyo emocional, al igual que los retos adicionales que de modo ineludible resultan de ello en las relaciones modernas.

Nuestras reacciones al cambio suelen ser incomprendidas, porque somos diferentes.

Esos retos conciernen a los solteros tanto como a las parejas, porque las mudanzas de nuestras relaciones modernas son un reflejo de las que actualmente ocurren en nosotros como individuos. Las nuevas ideas que recibimos son necesarias no sólo para las relaciones amorosas, sino también para nuestra felicidad y la de nuestros hijos. Nos ayudan a ser mejores compañeros de trabajo y, gracias a una mejor comprensión de los demás, a ser más exitosos. Así seas soltero o tengas una relación íntima, en todo momento te relacionas con personas del sexo opuesto.

Si eres soltero y buscas a alguien con quien pasar tu vida, este libro te ayudará a ser una mejor pareja de esa persona cuando la encuentres. Si eres soltero y no buscas pareja, este libro te ayudará a entender tus necesidades emocionales para que puedas reducir tu estrés y experimentar más felicidad.

Estas nuevas ideas son necesarias para las relaciones amorosas tanto como para nuestra felicidad.

Muchos solteros anhelan casarse, mientras que muchos casados añoran la libertad que tenían y la emoción que experimentaban cuando eran solteros. Pero así seamos solteros o tengamos una relación, hoy nuestra vida puede ser más difícil que antes. No sólo en el nivel material, sino también porque perseguimos un más alto nivel de realización emocional, y cuando no lo alcanzamos sentimos más desilusión.

Lo que hoy presenciamos es un cambio drástico en el contexto de nuestras relaciones. En la actualidad no basta ni sirve tratar de tener relaciones exitosas usando las habilidades e ideas desarrolladas a lo largo de miles de años para las relaciones tradicionales.

Para hombres y mujeres es difícil ofrecer al otro el nuevo apoyo necesario para crear una relación satisfactoria. La mayoría de los hombres no tienen modelos de conducta que les brinden ese apoyo. Yo no los tuve. Nuestra educación relacional fue resultado de observar a nuestro padre, hábil quizás en el antiguo modelo pero no en el nuevo. Al ir a trabajar todos los días para mantener a su familia, él pudo cumplir la mayoría de las expectativas relacionales de nuestra madre.

Al ir a trabajar todos los días para mantener a su familia, nuestro padre pudo cumplir la mayoría de las expectativas de nuestra madre.

Las mujeres no tienen tampoco modelos de conducta para conseguir el apoyo que hoy requieren o para darles a los hombres el que necesitan. Habilidades de comunicación eficaces para pedir más no formaban parte de la educación de una mujer. Si su esposo cumplía su papel manteniendo a la familia, ella no tenía más que pedir. Si él no lo cumplía, el único recurso de ella era reclamar y quejarse, lo que ciertamente no los acercaba más.

Nuestros roles modernos proceden de la televisión y el cine, los cuales nos entretienen de maravilla pero no nos muestran el camino, a veces difícil y desafiante, para crear relaciones realmente satisfactorias. En la popular serie Modern Family nos reímos de que los personajes actúen y se comuniquen en formas que exageran nuestros retos y experiencias modernos, pero en los últimos cinco minutos todos se reconcilian milagrosamente, y se sienten felices y afectuosos. Nos muestran los resultados que perseguimos, no el proceso práctico de la transformación.

En películas románticas clásicas como When Harry Met Sally (Cuando Harry conoció a Sally), Titanic, The Notebook (Diario de una pasión) y mi favorita, Somewhere in Time (Pide al tiempo que vuelva), identificarnos con los personajes nos procura un destello del profundo amor que es factible cuando la tensión del amor no correspondido desaparece. Nos asomamos a las posibilidades de felicidad y realización que el amor ofrece cuando los personajes son capaces de vencer un obstáculo para hallar finalmente a quien buscan. Lo que vemos en la pantalla grande lo sentimos en nosotros y ansiamos experimentarlo en la vida. Pero lo que el cine no nos enseña es lo que sucede después, cuando las realidades de la vida diaria se dejan sentir.

Nuestros modelos de conducta para las nuevas relaciones proceden de la televisión y el cine; no ofrecen una imagen realista del amor verdadero.

Imaginamos que los personajes son felices para siempre, pero no se nos muestra de qué modo. Una visión de las posibilidades nos eleva temporalmente, sólo para desilusionarnos después con el choque de nuestros sueños y la realidad de la vida. Para crear un vida de amor, para crecer juntos de verdad en el amor mutuo, necesitamos adquirir nuevas habilidades que las películas no presentan.

A los hombres no se les enseña la importancia del afecto y del comentario positivo para sacar a relucir lo mejor de su pareja, cómo tomar decisiones en común cuando ella tiene un punto de vista distinto, cómo programar tiempo juntos cuando uno de los dos tiene más responsabilidades de trabajo, cómo planear citas y no esperar al último minuto para mantener vivo el amor o cómo resolver discusiones o escuchar los sentimientos de la pareja sin ponerse a la defensiva.

A las mujeres no se les enseñan los aspectos prácticos de cómo sacar a relucir lo mejor de su pareja, cómo satisfacer las necesidades diferentes de ésta, cómo comunicar las suyas propias sin quejarse o sencillamente cómo desempeñar su papel en la creación de un amor duradero. En las películas, el héroe romántico dice siempre lo correcto y la heroína nada más tiene que responder. En la vida real, el amor no es asunto de uno solo de los miembros de la pareja; es una calle de dos sentidos.

En la vida real, el amor no es asunto de uno solo de los miembros de la pareja; es una calle de dos sentidos.

Esta marcha para transformarse en alguien que conoce sus necesidades y es capaz de resolver las de su pareja no es inmediata. Pero puedes empezarla ahora; no tienes que esperar a que tu pareja, actual o futura, te acompañe. Para que una relación cambie, basta con que uno de los miembros de la pareja lo haga. Con el tiempo, y a medida que uno de ellos se convierta en un compañero mejor, el otro se le unirá.

Cuando escribí Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, una pregunta que había oído durante años era: “¿Qué puedo hacer para que mi pareja lea este libro?”.

Mi respuesta: nada. Intentar que tu pareja lea este libro podría insinuar que no es tan apta como debería, y podría ponerse a la defensiva. Léelo tú y practica las herramientas que te ayuden a ser más feliz sin necesidad de hacer cambiar a tu pareja. Es probable que ella acabe por sentir curiosidad y quiera saber qué lees.

Lo mismo puede decirse de este libro. Pon tu atención en cambiar tú, no a tu pareja. Mientras tu felicidad dependa de hacerla cambiar, más difícil será que cambie y crezca. Igual que tú, también el otro quiere estar en libertad de ser él mismo.

A veces si damos más, obtenemos más, pero otras conseguimos más haciendo menos. Cuando damos más porque no obtenemos lo suficiente corremos el riesgo de dar más sólo para hacer cambiar a nuestra pareja, y esto es inútil. ¡Tu pareja experimenta eso como manipulación, no como apoyo!

Dar más para hacer cambiar a tu pareja parece manipulación antes que apoyo.

No tiene nada de malo querer más de una relación, pero tratar de hacer cambiar a tu pareja no es la forma de conseguirlo. Cuando no obtienes lo suficiente en tu relación, el primer paso es darle menos a tu pareja y darte más a ti. En vez de intentar hacerla cambiar, cambia tú. Un cambio en ti exigirá siempre uno en ella. Cuando cambias tu manera de actuar, obtienes siempre un resultado distinto, pero cuando modificas tu manera de sentir el resultado es más drástico aún. A lo largo de Más allá de Marte y Venus aprenderás nuevas estrategias para cambiar tus sentimientos de tal manera que saques a relucir lo mejor de tu pareja. Al desarrollar tu aptitud para buscar felicidad en tu vida sin exigirle un cambio a ella serás libre de dar más y, en definitiva, de obtener más.

Si buscas felicidad sin exigir que tu pareja cambie, serás libre de dar más y ser más feliz.

Muy a menudo, las parejas en relaciones turbulentas tienen una larga lista de quejas legítimas. Cuando éste es el caso, no puede haber solución a menos que ambas partes dejen de culparse y asuman la responsabilidad que les corresponde en sus problemas. Culpar es nuestro único recurso cuando nuestra felicidad depende del otro. Las parejas suelen caer en un juego de censuras que parece una partida de tenis: ella se enoja por algo, él se defiende y se enoja a su vez. La culpa va entonces de un lado a otro. La única salida es dejar de culpar a tu pareja aprendiendo una nueva manera de regresar al amor. Y esto es justo lo que las ideas en Más allá de Marte y Venus te enseñarán a hacer, brindándote los conocimientos necesarios para crear una relación sustentadora para los dos y libre de quejas.

Cuando te encuentras en un estado de realización, tienes más que dar. Cuando tu corazón está abierto y tienes ideas novedosas sobre las nuevas necesidades de tu pareja (propias de su género) no sólo experimentarás un nivel de realización más alto, sino que también, con tu ayuda, ella podrá responder mejor a tus nuevas necesidades. Rara vez es útil pedir más cuando no estás satisfecho con lo que obtienes. Pero, peor todavía, no lo es nunca pedir más cuando tu pareja no obtiene lo que necesita.

No es útil pedir más cuando tu pareja no obtiene lo que necesita.

Para mejorar tu relación, tu primer paso es buscar el modo de volver a abrir tu corazón sin depender de que tu pareja cambie. Tu segundo paso es sentir, decir o hacer lo que puedas para ayudarla. Si le das lo que necesita, ella será más propensa a darte lo que necesitas. Tu tercer paso es pedir más en incrementos reducidos mientras le brindas grandes recompensas por darte más. Ésta es tu fórmula del éxito; esperar más sin dar más primero es una fórmula para el fracaso. Aparte, esperar demasiadas cosas muy pronto saboteará también todos tus esfuerzos.

Muchas mujeres sienten que ya dan más y que no obtienen ningún resultado. Esto suele deberse a que lo que dan no es lo que su pareja necesita. Sin ideas nuevas, una mujer brinda instintivamente el tipo de apoyo que desea, pero no el que su pareja realmente requiere. Sin una comprensión más profunda de que los hombres piensan y sienten diferente a las mujeres, los esfuerzos de ella pasarán inadvertidos, ya que no puede ofrecer el nuevo apoyo que un hombre moderno necesita.

De igual forma, la mayoría de los hombres piensan que dan en abundancia porque suelen brindar más que lo que su padre dio. Pero como hoy las necesidades de una mujer son diferentes, la sola repetición de las conductas y actitudes de su padre para prestar un apoyo sincero no basta para satisfacerla.

En las generaciones pasadas, el esposo daba un tipo de apoyo que satisfacía las necesidades de supervivencia y seguridad de una mujer. Pero hoy una mujer requiere una nueva expresión de amor que resuelva sus necesidades emocionales de afecto, comunidad, amor, comunicación íntima y respeto, así como su mayor requerimiento de independencia y expresión personal. Para más claridad, yo llamo a este nuevo tipo de apoyo “amor personal”.

Las mujeres de hoy requieren un nuevo tipo de apoyo para satisfacer sus necesidades de amor personal.

En forma semejante, aunque diferente, los hombres tienen también nuevas necesidades emocionales de sentirse exitosos y apreciados por sus intentos de satisfacer las necesidades emocionales de su pareja, al tiempo que satisfacen las suyas propias de más independencia y expresión personal. Antes, un hombre podía sentirse exitoso en la vida sosteniendo materialmente a su familia, pero ahora tiene nuevas necesidades: sentirse confiable, admirado y apreciado por sus esfuerzos para prestar el nuevo apoyo emocional que una mujer y sus hijos necesitan. Llamo a este nuevo requerimiento la necesidad de “éxito personal” de un hombre. Él precisa de comentarios positivos que le permitan saber que triunfa en sus esfuerzos por mantener a su familia no sólo en el nivel material, sino también en el emocional.

El hombre de hoy requiere un nuevo tipo de apoyo que satisfaga su necesidad de éxito personal.

En Más allá de Marte y Venus exploraremos en gran detalle las nuevas pero diferentes necesidades emocionales de los hombres y mujeres modernos de un amor más personal y un éxito más personal. Esta idea es esencial para crear una relación sin quejas; porque si comprendes qué es lo más importante para la realización de tu pareja, puedes destinar tu energía a brindarle el amor y apoyo que más valorará y apreciará.

Si comprendes qué es lo más importante para la realización de tu pareja, puedes dirigir más atinadamente tu energía y amor.

En términos prácticos, tómate un par de meses después de que hayas leído este libro para aplicar tus nuevas ideas a experimentar, primero, más felicidad y un mejor control del estrés sin depender de que tu pareja cambie. El paso siguiente será dar un poco más de amor y apoyo en dosis pequeñas, de acuerdo con el amor personal o éxito personal que tu pareja necesite de modo específico. Por último, conforme le des lo que requiere, podrás aplicar tus nuevas habilidades a pedir más en incrementos reducidos mientras le brindas grandes recompensas.

En una relación, hombres y mujeres deben hallar primero su propia felicidad sin depender de que su pareja cambie. De igual manera, un soltero debe buscar su felicidad sin depender de que encuentre a la pareja perfecta. Si tú eres soltero, en este primer paso de incremento de tu independencia deja de buscar a la persona perfecta y practica tus nuevas habilidades relacionales creando experiencias de cortejo positivas. Es mucho más fácil desarrollar nuevas habilidades cuando no hay demasiado en juego. Si tu intención pasa de buscar a la persona perfecta a concentrarte en tener una experiencia positiva, dejarás de ser excesivamente quisquilloso o crítico de la persona con la que decidas practicar tus nuevas habilidades.

Si cambias tu intención y buscas tener experiencias de cortejo positivas, disfrutarás de practicar tus nuevas habilidades.

Para ser felices y sentirnos realizados en una relación es necesario que primero seamos felices y nos sintamos realizados en la vida. Resulta poco realista depender de una relación íntima como única fuente de realización. Cuando creamos una vida rica en amistad, familia, ejercicio, buena alimentación, trabajo significativo o servicio al mundo y tenemos abundantes oportunidades de diversión, entretenimiento, educación, desarrollo personal y devoción espiritual, tener una relación amorosa puede hacernos más felices aún. Para experimentar un amor perdurable en las relaciones de hoy, debes encontrar una línea básica de felicidad satisfaciendo tus necesidades más allá de la de tener una relación íntima.

Para sentirte realizado en una relación íntima debes encontrar primero una línea básica de felicidad satisfaciendo tus necesidades más allá de la de tener esa relación.

Muchas personas se equivocan al suponer que únicamente el éxito en el mundo exterior crea felicidad en nuestro mundo personal. Falso. Ser feliz implica amor y nuevas habilidades relacionales. Si el éxito fuera suficiente, ¿por qué entonces los periódicos están llenos de casos de personas famosas que entran y salen de centros de rehabilitación? ¿Por qué tantas personas de éxito están divorciadas, solas o separadas de sus hijos? ¿Por qué los ricos no están exentos de los síntomas de la infelicidad: depresión, ansiedad e insomnio?

Al asumir mayor responsabilidad sobre tu felicidad, podrás dar el amor personal y los mensajes de éxito personal que tu relación demanda para florecer. Pero mientras no experimentes la creciente realización que resulta de una intimidad más profunda derivada de expresiones de amor y éxito personal, aquello podría ser imposible de imaginar. No sabrás si un helado sabe bien si no lo pruebas. Hoy muchos hombres y mujeres están perdidos en el lance del mundo moderno según el cual más dinero o más cosas los harán más felices, y son incapaces de reconocer el poder del amor.

Es difícil imaginar el poder del amor personal hasta que lo experimentas.

Recuerdo cuando percibí por primera vez el poder y valor del amor personal. Siempre he querido a mi esposa y nuestro amor ha sido muy satisfactorio, pero antes no me daba cuenta de la importancia de brindar amor personal. Estaba demasiado atento a ganar dinero y ser el sostén de mi familia, y a que se me amara por eso.

Un día en nuestro sexto año de matrimonio le dije a Bonnie, después de haber hecho el amor:

—¡Vaya, qué buen sexo! ¡Fue tan bueno como al principio!

Luego de una pausa más larga de lo que yo esperaba, ella dijo:

—Pensé que había sido mejor que al principio.

Yo pregunté:

—¿De veras? ¿Por qué?

Respondió:

—Al principio hacíamos muy bien el amor, pero no nos conocíamos el uno al otro. Ahora, seis años después, has visto lo mejor y lo peor de mí y todavía me adoras. Eso hace que el sexo sea mucho mejor.

En ese momento comprendí que la creciente intimidad que habíamos experimentado en los seis primeros años había vuelto al sexo aún más satisfactorio. Para mí, fue una revelación importante. Respecto a los hombres en particular, el sexo es una vía para sentir profundo amor por su pareja. Pero con la mayor intimidad tras varios años de dar un amor más personal, el sexo se convierte en apenas una más de las incontables expresiones del amor. Con las nuevas ideas vertidas en Más allá de Marte y Venus para satisfacer nuestras necesidades modernas de amor y éxito personal, aprenderás que existen muchas formas de experimentar la intimidad, y que el sexo es sólo una de ellas.

Después de treinta y un años de matrimonio, yo continúo sintiendo un amor cada vez más profundo e íntimo por mi esposa, no sólo en la recámara, sino también a través de los abrazos, el afecto, el apoyo mutuo y la comunicación sustentadora y cordial, junto con nuestras entretenidas reuniones y el tiempo que pasamos con nuestros hijos y nietos. Ya no dependo del sexo como única vía para sentir amor por Bonnie. El sexo se ha vuelto una de las numerosas maneras en que experimentamos y compartimos nuestro amor.

Hay muchas formas de experimentar intimidad, y el sexo es sólo una de ellas.

El comentario de mi esposa de que nuestras relaciones sexuales eran mejores seis años después me ayudó a percatarme de que el amor era lo que volvía al sexo tan satisfactorio. Ese día comprendí el poder del amor personal, y la mayor realización que brinda. Cuando vi que mi carácter era más apreciado que mi apoyo físico o material, aprendí a respetar mi capacidad personal para dar amor tanto como mi capacidad para ganar dinero.

Con este entendimiento, el corazón de un hombre se abre más. Ya no tiene que renunciar a todos sus deseos y necesidades para dar apoyo económico a su esposa y su familia. Cuando ambos comparten esta responsabilidad financiera, él es libre de descubrir la fuerza de su corazón, no sólo de su cartera. Ya no es únicamente un “hacer humano”, sino un “ser humano” también.

Cuando el amor personal de un hombre es apreciado por una mujer, él descubre la fuerza de su corazón, no sólo de su cartera.

Muchos hombres permanecen solteros principalmente porque no están seguros de que una mujer sea feliz con ellos para siempre. No conocen su potencial interior para dar justo lo que hoy necesita una mujer. En el matrimonio, sin estas nuevas habilidades la pasión desaparece; los hombres dejan de tratar de hacer feliz a su pareja y las mujeres dejan de buscar amor y apoyo en su compañero.

Con esta nueva comprensión de la mujer moderna, un hombre sabe lo que puede ofrecer y lo que no. No asume la responsabilidad de la felicidad de ella, así que no tiene una sensación de fracaso cuando ella está molesta o malhumorada. Con este entendimiento, cuando es poco lo que puede hacer, él está en condiciones de “no empeorar las cosas” mientras permite pacientemente que ella retorne al amor. En otros momentos, cuando ella está abierta a su amor, él sabe qué hacer para volverla más feliz.

De igual manera, hoy muchas mujeres no quieren casarse porque han renunciado a los hombres. Ansían un varón que les brinde el tipo de amor personal que una amiga no les puede dar o que no pueden darse a sí mismas. Sin un claro camino al éxito, se han rendido. Pero con las nuevas ideas de este volumen, una mujer puede tener acceso a su poder femenino para obtener lo que necesita, y su hombre puede descubrir su poder interior para darle lo que requiere, al tiempo que él obtiene lo que necesita.

Se dice que Jimi Hendrix afirmó: “Cuando el poder del amor venza al amor del poder, el mundo conocerá la paz”. Creo personalmente que los individuos que se empeñan en buscar y desarrollar el poder del amor en el hogar son los nuevos héroes de nuestro tiempo.

Cuando el poder del amor venza al amor del poder, el mundo conocerá la paz.

Es mucho más fácil arrojar una bomba que arrojar nuestro ego y buscar el amor. Es mucho más fácil escapar del dolor de nuestro quebrantado corazón alejándonos del amor. Pero quienes no cesan de intentar son los más nobles y merecen más amor y aliento, aun —y en especial— si cometen errores.

Hoy todos queremos más: de nuestra vida y de nuestra relación.

La buena noticia es que podemos tener más. Pero primero debemos aprender cómo conseguirlo.