Agradecimientos

Como sin duda os podéis imaginar, aunque he formado parte activa del punk femenino desde sus inicios, seleccionar, reunir, encontrar y hablar con este elenco de artistas ha sido un trabajo minucioso de dos años. Tenían que narrar la evolución de las voces musicales de las mujeres y su papel en distintos momentos y lugares, ¡pero también me tenía que gustar su música! Así que empezaré con mi agradecimiento a todas las artistas que he entrevistado aquí, no solo por su creatividad, también por su generosidad.

Por guiarme, investigar, analizar y responder a mi llamada en muchos idiomas: Patrick McCarthy y Patrick Sullivan de Light in the Attic, Maxine Waters, Diego A. Manrique, Beezer, Daniel Grunenbaum, Jack Tchen, Laura Chen-Schultz, Nathaniel Davis, Ziyi Liu, Bryan Swirsky, Alan Riggs, Paul Bradshaw, Jumbo Vanrenen, Brice Wassy, Gary Sullivan, Kevin Dunn, Krish Raghav, Jonathan W. Campbell, Matt Turner, D. J. Rekha, Evelyn McDonnell, Atsushi Shibata, Sukhdev Sandhu, Mariane Pearl, Judy Cantor-Navas, Miguel Ángel Sánchez Domínguez, Michael Zilkha, Chris Blackwell, Mark Moore, Richard Famous, Ashley Kahn, Jenn Pelly, Meg Handler, Martin «Youth» Glover, Andy Caine y Alex Paterson. Charlie Waterhouse fue muy amable al dejarme leer The Truth of Revolution, Brother: An Exploration of Punk Philosophy. Situation Press, ¡tenéis que sacarlo en formato ebook! También fueron de gran ayuda The Hippies Now Wear Black: Crass and the Anarcho-punk Movement 1977–84 de Richard Cross, The Story of Crass de George Berger y Red Rock: The Long, Strange March of Chinese Rock & Roll de Jonathan Campbell. Un artículo de Carlos Boura sobre las Vulpes en la revista Pikara me ayudó a conocer el trasfondo cultural del País Vasco y BurningAmbulance.com, el de Hang on the Box. Xenia Grubstein hizo muchísimo más de lo que esperaba.

Gracias al incondicional trío británico de semanarios musicales del siglo XX. Te manchaban los dedos de tinta, pero me dejaron entrar en su escuadrón, conformado prácticamente solo por hombres, y me dieron el espacio para ser escritora y crítica musical: Sounds, Melody Maker y New Musical Express. Quiero dar las gracias también a quienes me han permitido desarrollar estas ideas, como New Statesman, The Guardian, el sitio web de Alexander McQueen (gracias, Eve-Marie Kuijstermans) y Chime for Change, de Gucci. El Clive Davis Institute of Recorded Music ha sido mi hogar académico desde 2005. Beth Denish y Matt Jenson me acogieron en el Berklee College of Music y Jack Bratich en Rutgers University.

Gracias a las grandes pensadoras y escritoras cuyas reflexiones cito: bell hooks, Naomi Wolf, Alexandra Kollontái, Dale Spender, Kate Bollick, Gloria Steinem, Chimamanda Ngozi Adichie, Aphra Behn y Angélique Kidjo, quien supo volver las tornas de la apropiación cultural con su magnífica versión del Remain in Light de Brian Eno y Talking Heads.

A mi familia de Hat & Beard, J. C. Gabel, Lara Schoorl y la dinámica Sybil Perez. ¡Larga vida a Gabel & Goldman!

Por su lectura minuciosa e ideas, gracias a Neil Spencer, J. C. Gabel y Tyson McVey. Y a los que comprobaron/analizaron una buena parte de estas páginas e ideas sobre la marcha: Jason King, J. D. Samson, Michael Patrick McDonald, Maxine Walters y Webb Crawford. Si he malinterpretado algo, podéis tirarme a mí las piedras, no a ellos.

A toda la familia que me ha apoyado de todas las maneras posibles, incluyendo a Robert Katz; el clan Cherry-McVey, Cameron, Neneh, Naima, Tyson y Mabel; los Clennells, Bobby, Lindsey y Jake; Arlene «Bobby» Chung; Alexis Adler; Janette Beckman; Oberon y Scarlett Sinclair y Alex Schweder; Bill Wheeler; Dan Fox & Frieze; Alan Card; Nasser Ba; Aram y Dunia Best-Sinnreich; Markus Detmer y Staubgold Records; Mick Sawyer, que en paz descanse, mi compañero en Spellbound Pictures, con quien produje y dirigí Big World Café y el videoclip para «I Ain’t No Joke» de Eric B. & Rakim.

A mi excelente editora Casey Kittrell, versada en ideas y estructura, pero también en amabilidad y compasión. Gracias por trabajar conmigo mientras la vida daba vueltas a nuestro alrededor. Al equipo de The University of Texas Press, Angelica Lopez-Torres, Robert Kimzey y, especialmente, Gianna Lamorte, quien me pidió que escribiera este libro después de leer mi breve artículo en Pitchfork sobre canciones punk feministas. Por cierto, ¡gracias a las mujeres de Pitchfork y a los hombres que las apoyan!

No es que fuese algo planeado, pero, empezando en Miami y terminando en Ocho Rios, emprendí y rematé la redacción de este libro en las mansiones frente al mar de mis amigos, y en una casita de Oracabessa. Por acogerme y animarme, gracias a Ann y Colin Hodges-Smikle; al equipo de Jo Murray en Trojan Records Jamaica, Sly y Robbie, Wayne, Brian y Caroline Jobson, Barry «Bazza» Doughty y Sshh y Zak Starkey; mi lectora más fiel y hermana en Chantage (nuestro dúo euroafro), Eve Blouin, y mis enérgicos ahijados, Paloma y Olivier Parkes.

Escribir este libro me ha permitido profundizar en, y no solo recordar, la importancia de las hermanas y la sororidad. Quién sabe qué hubiera sido de mí sin Fictionaires, Jana Martin, Evelyn McDonnell, DJ Anita Sarko, la escritora y editora Sue Steward (DEP), Eva Las Vegas (y August Darnell), Gina Birch y las Raincoats, Jeannette Lee, Geoff Travis, Janette Beckman, Neneh Cherry, Andrea Oliver, las Slits, las Delta 5, Chicks on Speed, Jill Cunniff y Luscious Jackson, Adriana Kaegi, Helen McCookerybook, Dunia (¡y Aram!) Best-Sinnreich y Jeni y Hollie Cook (¡y Paul!); y mis mentoras artísticas: Moki Cherry, Caroline Coon y Jayne Cortez. A Gina y a Helen les tengo que dar un abrazo extra por su comprensión y calma al descubrir que mi título original coincidía con el del documental que estaban preparando, Stories from the She-Punks. Gracias por entender lo que vivimos. ¡Habéis empezado un nuevo género!

Gracias como siempre a mis hermanas genéticas y sus tribus, Susan la mediana y Judy, hermana mayor. Puede que les arreglase la afinación cuando éramos pequeñas, pero aún me ayudan a arreglar mi vida.

Vivien Goldman, Jackson Heights, Queens, Nueva York.