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Apuntes críticos
Visión Colombia 2019

© Politécnico Grancolombiano 2006

Calle 57 No. 3 - 00 Este

PBX: 3 46 88 00 - Fax: 3 46 92 56

www.poligran.edu.co

Bogotá, junio de 2006

Primera edición 2006

ISBN 958-8085-66-7

Número de ejemplares: 1.000

Editorial Politécnico Grancolombiano

Facultad de Negocios Internacionales

Vicerrectoría Académica

Carlos Julio Pineda

Compilador

Marcela Giraldo

Editora general

Camila González

Blanca Marlene Huertas

Ángela Sánchez

Editoras

Eduardo Norman Acevedo

Coordinador editorial

Carolina Jaramillo Carvajal

Coordinadora de producción editorial

Lemoine Comunicación

Diagramación y armada electrónica

Diseño de carátula

Epub por hipertexto /www.hipertexto.com.co

Editorial perteneciente a la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia, Aseuc.

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su totalidad ni en sus partes, ni registrada en o trasmitida por un sistema de recuperación de información en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro óptico para fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.

PRESENTACIÓN

Defensores y opositores se dieron cita del 22 al 24 de noviembre de 2005 en las instalaciones del Centro de Convenciones de Paipa (Boyacá) para analizar la propuesta del gobierno del Presidente Uribe Visión Colombia 2019 - Segundo centenario.

Se trató de un ejercicio amplio, plural y democrático, con base en cuatro unidades temáticas en las que uno a uno los ministros del gobierno sustentaban la propuesta oficial y a su turno ponentes de una alta calidad y reconocimiento académico e investigativo iban planteando sus críticas y aportes a este Plan.

Fue bien recibida por parte de los asistentes al Foro el planteamiento del presidente Uribe con respecto a que “el gobierno no asumirá una posición defensiva sino receptiva” frente a las observaciones y críticas hechas en este y en otros muchos espacios al Plan 2019.

Los lectores encontrarán en estas páginas la valoración de la Agenda 2019 en cuanto a: “La estrategia de crecimiento y el entorno macroeconómico”, “El desarrollo social”, “La tecnología y la educación” y “Energía, petróleo, gas y biocombustibles”. Al final del texto se recoge una breve recopilación de los principales ángulos del debate. Las distintas ponencias se reproducen en forma de una versión libre editorial, pero sin embargo, presenta un abanico muy amplio de opiniones.

El Foro de Paipa se inscribe dentro de unos encuentros anteriores en septiembre de 2003 y 2004, organizados por la alianza estratégica para actividades académicas e investigativas entre el Politécnico Grancolombiano y la Corporación Escenarios, cuya secretaria ejecutiva está a cargo de la Facultad de Negocios Internacionales.

Los panelistas reconocieron el invaluable aporte del documento elaborado por el Departamento Nacional de Planeación y en colaboración de distintos estamentos del gobierno y presentarlo para discusión en diferentes escenarios del país, de manera que se constituya en una herramienta de orientación para el desarrollo colombiano.

Sin embargo, anotaron que este Plan es un primer borrador y puede ser enriquecido en los distintos foros que se han realizado con tal propósito. Aunque el documento refleja un trabajo juicioso en cuanto al diagnóstico y al establecimiento de metas, la propuesta se queda corta en la explicación de los mecanismos para alcanzar esas metas y la factibilidad de implementación de las políticas allí plasmadas, señaló el rector del Politécnico Grancolombiano, Pablo Michelsen.

El ex presidente y director de la Corporación Escenarios, Ernesto Samper Pizano hizo un reconocimiento al que considera el aspecto más positivo como es la construcción de una visión de largo plazo, a la vez subrayó que posiblemente su mayor debilidad reside en su falta de articulación.

Tal vez el debate más álgido fue el relacionado con el módulo económico, en el que después de la presentación de las metas de crecimiento por parte del director del DNP, Santiago Montenegro, y después de la intervención del gerente general del Banco de la República, José Darío Uribe, los analistas Roberto Junguito, Gabriel Misas y César González coincidieron en interrogar acerca de cómo se articularía el Plan 2019 con los planes de desarrollo cuatrienales y en que se subvalora la expansión del mercado interno, lo que sustenta la intención de volcarse más abiertamente hacia los mercados externos.

Es urgente “que estos consensos se formalicen en un gran acuerdo político y es la oportunidad para propiciar una verdadera discusión nacional sobre el futuro del país”, sostuvo César González.

En el módulo social la vocería del gobierno estuvo a cargo del viceministro de Protección Social, Ramiro Guerrero y del director de Desarrollo Social del DNP, José Fernando Arias. El debate fue pormenorizado y acalorado en vista de que estos temas —de empleo, pobreza y desigualdad; protección social, salud, pensiones y aseguramiento; población y mortalidad infantil y materna; gasto social y equidad; índices de desarrollo humano y calidad de vida; ingreso de los hogares y factores de inclusión y exclusión socia— son altamente sensibles y porque en ellos transcurre el diario vivir de los colombianos.

Juan Carlos Ramírez abordó la necesidad de propugnar por una recomposición de las responsabilidades sociales y apuntaló que el tema tan esencial de la pobreza apenas ameritó de unos pocos párrafos por parte del documento del gobierno. Eduardo Díaz se refirió a la necesidad de que los programas sociales sean sólidos, consistentes y tengan permanencia, y señaló el peligro de que se maneje una dimensión de la focalización como estrategia cuando es apenas un mecanismo. Por su parte el ex ministro de salud, Alonso Gómez sostuvo que la salud va más allá que el aseguramiento y reclamó que la Agenda 2019 adolece de una nueva conceptualización del sistema de salud para responder mejor a las necesidades de la población.

El panel de educación y ciencia y tecnología estuvo presidido por la ministra de Educación, Cecilia María Vélez y la directora de Colciencias, María del Rosario Guerra. Tal vez éste es reconocido como uno de los temas más complejos por la particularidad de sus propuestas y tratamiento. Posiblemente es en el que mayor distancia hay entre las posiciones y propuestas del gobierno y los panelistas del sector.

De nuevo se abordaron los temas de la cobertura y la calidad, la articulación con el mercado laboral y el fortalecimiento institucional. Las críticas no se hicieron esperar y Pablo Michelsen anotó que el Plan 2019 adolece de estudios de factibilidad y mecanismos para el cumplimiento de las metas, las cifras en que se fundamenta el diagnóstico son dispersas y desactualizadas, el país no tiene certeza de que la calidad de la educación aumente al mismo ritmo que la cobertura y califica que la situación del sector aún sigue siendo “desastrosa”.

Por su parte el rector de la Universidad Pedagógica, Óscar Ibarra expresó su coincidencia en varios aspectos con el del Politécnico Grancolombiano y agregó que: “La educación es un acto transversal y por tanto estratégico y no se puede seguir pensando en términos de ciclos básicos y estructura escolar”.

En respuesta a la presentación de Colciencias sobre el futuro de la ciencia, la tecnología y la innovación, el especialista Fernando Chaparro sostuvo que en el Plan no se hace un puente entre los sectores primarios de la economía y esta área. También dijo que tiene muy poco desarrollo con respecto a cómo se va a lograr que la producción de conocimiento pueda mejorarse y fortalecerse a través de una mayor inversión y a la vez logre traducirse en términos de impacto socioeconómico.

El cuarto módulo de petróleo, gas y biocombustibles liderado por el ministro de Minas, Luis Ernesto Mejía abocó el problema de la posible falta de autosuficiencia petrolera a la que está ad portas el país. Los especialistas en este sector Amilkar Acosta y Antonio Urdinola alertaron sobre los graves problemas del sector y sobre la posible crisis de desabastecimiento que se avecina.

“A raíz de la negociación del TLC se puso de manifiesto que el país lejos de la integración regional ha venido aislándose con respecto a los procesos regionales”, denunció el senador Acosta y agregó que debido al prurito de una relación bilateral como es la de Colombia con Estados Unidos, el país ha perdido el liderazgo de más de treinta años del proceso de la CAN.

Por su parte el ex ministro Urdinola agregó que “la presentación política de estos temas es muy compleja, porque el Presidente Uribe hace política industrial con exenciones del IVA o de renta, los biocombustibles en el caso del etanol y del diesel están exentos de impuestos de consumo y generan mayores precios al productor. Esto lleva a que el consumidor no pague esos impuestos”.

Finalmente los participantes en el debate coincidieron en que el Plan 2019 tiene un enfoque muy economicista sobre la mayoría de los temas y debe enfatizar más en la construcción del capital social como construcción de sociedad. Se deben especificar los propósitos y las formas de edificar la institucionalidad que generen cohesión e identidad y que, al mismo tiempo, preserven la diversidad y el proceso regional. Hace falta que Colombia se piense como sociedad y vea cómo se cimienta tejido. Respecto a los mercados interno y externo, puede ser importante darle un papel protagónico al sector social, no sólo como asistencialismo sino como promotor de demanda interna.

Un plan de desarrollo como Plan Visión Colombia 2019 que trate de abarcar lo divino y lo humano termina fallando y presentando pocas realizaciones porque un documento debe partir de fijar prioridades en todos los campos y áreas, pero es indispensable tener un sentido de la realidad.

El documento debe ser adoptado por consenso y consultar muchas realidades e instituciones, pero debe hacerse un esfuerzo de profundidad en todas las áreas para tratar de aterrizar y ver las verdaderas posibilidades: ¿qué se debe alcanzar primero para lograr ese sueño de tener un país al nivel de los grandes países desarrollados? Se habla de doctorados cuando se hace referencia a problemas graves de deserciones escolar, se habla de coberturas y alcances en salud cuando se plantean cifras alarmantes de desnutrición infantil. El documento debe aterrizar más.

INTRODUCCIÓN

GLOBALIZACIÓN PARA LA
INTERNACIONALIZACIÓN:

CÓMO CONSTRUIR UNA
NUEVA AGENDA

ERNESTO SAMPER PIZANO{1}

¿Estamos preparados para afrontar el formidable desafío de la globalización implícito en retos como el desarrollo del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos? ¿Tenemos los recursos financieros necesarios para atender esta apuesta global? ¿Qué tan rezagados estamos en materia de ciencia y tecnología? ¿Qué nos hace falta en términos de infraestructura? ¿Cuál es el papel de la educación en el esfuerzo por mejorar nuestra competitividad?

Estos son apenas algunos de los múltiples retos e incógnitas que enfrenta el país ante la inminente tendencia globalizante que permea todo el orden mundial y particularmente América Latina. Con el ánimo de explorar respuestas tentativas a los principales interrogantes y abrir horizontes hacia un debate público sobre un tema tan crucial para el país, la Corporación Escenarios y la Universidad Politécnico Grancolombiano, convocaron a un destacado grupo de expertos en la materia para elaborar un inventario inicial sobre los temas prioritarios de la Agenda interna para la globalización de Colombia. El seminario tuvo lugar en la ciudad de Paipa ( Boyacá) los días 3 y 4 de septiembre de 2003.

El eje inicial del debate versó sobre el panorama actual de la competitividad nacional. La competitividad es un problema sistémico, son los sistemas los que compiten no los países; un país, por ejemplo, puede tener un excelente sistema educativo y un mal sistema de innovación tecnológica que le impide ser competitivo. Las economías, además, no son competitivas frente a sí mismas sino en relación con otras economías. Entendemos que el problema de fondo de la competitividad en el marco de la globalización tiene que ver con la utilización, repartición y combinación internacional de los factores de producción. En ese contexto es urgente evaluar el conjunto de capacidades, oportunidades y amenazas de la competitividad en la Colombia del siglo XXI y otorgarles una prioridad a través del diseño de una Agenda interna de largo aliento.

A partir de este análisis, los expertos abordan temas prioritarios en el contexto de la globalización, tales como el panorama de la tecnología nacional y las políticas de desarrollo, así como la situación de la educación nacional en un mundo global. Se analizan también el estado de la informatización y las políticas de fomento de la integración digital en el país. El mundo de hoy no está ya dividido entre los que tienen y no tienen sino entre los que saben y los que no saben y, lamentablemente, nosotros estamos del lado de los que no saben, nos falta equipamiento tecnológico, niveles de conectividad, alianzas estratégicas para la innovación regional y políticas públicas claras en materia de producción, distribución y asimilación del conocimiento. Temas como el aprovechamiento de la biodiversidad en sus infinitas posibilidades de nuevos hallazgos genéticos, la utilización de patentes internacionales con fines humanitarios o el aseguramiento de la propiedad intelectual del conocimiento tradicional son aspectos pertinentes en la nueva agenda tecnológica para la competitividad. También el mejoramiento de nuestros niveles de conectividad y el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación como herramientas fundamentales de la propuesta globalizante.

Ante las crecientes presiones por expandir los tratados de libre de comercio en el orden mundial es indispensable debatir temas tan relevantes como los acuerdos de integración económica y las estrategias de negociación dentro de un concepto amplio de regionalismo abierto que consiste en no colocar todas las manzanas del comercio colombiano en un solo canasto. Vender no es solo un problema de producción, también es de financiación. El seminario también se ocupó de este asunto, incluida una lectura crítica sobre las posibilidades del sistema financiero nacional para colocarse a la altura de las nuevas exigencias globales. La construcción de una nueva infraestructura para el desarrollo en la cual estamos atrasados entre diez y quince años es otra variable que fue analizada.

Colombia forma parte del sistema regional latinoamericano. La región atraviesa por una crisis de gobernabilidad explicada parcialmente por la crisis de sus políticas recientes de desarrollo. La introducción de variables como la estabilidad, macroeconómica ha marcado una pauta significativa en el contexto latinoamericano. América Latina, durante los últimos veinte años, “compró” la tesis de la estabilidad como la de la gobernabilidad en democracia. No hay nadie hoy en la región que piense en generar desarrollo o crecimiento apelando a expedientes inflacionarios ni nadie que se atreva a proponer salidas autoritarias. El populismo inflacionario y los golpes de Estado ya no figuran en el diccionario latinoamericano.

De manera adicional, el tema de la sustentabilidad del desarrollo, como parte de una preocupación global, es referente obligado de cualquier apreciación que se haga sobre desarrollo competitivo.

Los países industrializados asocian el tema de la sustentabilidad con la preservación del entorno mientras que los países en desarrollo, particularmente desde la Cumbre de la Tierra, consideran que esa sustentabilidad incluye los aspectos relacionados con el desarrollo social y sus relaciones con la naturaleza.

Plantear desde ahora la relevancia de este debate sobre cómo globalizarnos antes de que nos globalicen es, además, la mejor manera de ayudarle al país a mejorar su gobernabilidad en el mediano plazo. Parte del problema radica en que tenemos que salirnos de la agenda que nos impone la lucha contra la violencia que nos afecta institucionalmente. Los ciudadanos tienen derecho a pensar en otros temas distintos a la bitácora de la guerra. Se trata de garantizarles el derecho al futuro a través de la construcción colectiva de alternativas que partan de una visión de país que tenemos que construir entre todos siguiendo las admoniciones de Lincoln para quien “un pueblo sin visión no prevalece.”

PALABRAS DEL PRESIDENTE
ÁLVARO URIBE VÉLEZ

El país necesita visión de largo plazo, ejecución, metas, evaluación y, por supuesto, metas finales antecedidas de metas parciales. Un trabajo cotidiano muy exigente sin visión de largo plazo, no produce el resultado que al final la sociedad busca. Este elemento articulante es la confianza. Si hay una visión de largo plazo, pero no un esfuerzo cotidiano, se impide que esa visión se consiga. Así, lo que en un inicio constituía una gran ilusión, se puede tornar en una frustración. En la historia colombiana ha habido mucha proposición macro de largo plazo importante, pero no ha habido persistencia ni esfuerzo cotidiano para convertir esa visión en realidad.

El Plan Visión 2019 tiene sin duda un eje articulador: una revolución educativa permanente y en permanente ajuste. Aunque hasta ahora el documento es un borrador, un punto de referencia para alimentar la discusión, como se expresó en su lanzamiento el 7 de agosto en la Quinta de San Pedro. Más adelante, el Departamento Nacional de Planeación irá produciendo nuevos documentos para discusión que recojan los debates que se vayan presentando en el camino.

A los cuatro elementos propuestos por los ponentes como articuladores del Plan: equidad, crecimiento, gobernabilidad y competitividad, le agregaría la seguridad. Se debe superar esa aparente contradicción entre seguridad y política social: si no hay seguridad, no hay confianza para invertir, y sin crecimiento no hay recursos para la política social. A la vez en un Estado de opinión, donde se necesita una política de seguridad sostenida en el tiempo, se requiere para su sostenibilidad el apoyo de la opinión y ésta necesita que la política de seguridad sea eficaz y democrática, pero que esté acompañada de una política social.

La seguridad democrática no es un eje articulador, pero sí debe ser articulador porque en la historia de Colombia ha habido conflicto entre democracia y seguridad, cuando son dos valores que tienen que ser concluyentes en cualquier democracia moderna. La seguridad se veía como una actitud anticivilista, hoy hay que superar eso. Muchas actitudes a favor de la seguridad en Colombia también se fueron en contra del valor democrático. Es necesario motivar una gran pedagogía y proponer la conjunción de estos dos valores como uno de los ejes articuladores. Esos factores contraculturales necesitan de un gran esfuerzo de mediano y largo plazos para que sean superados.

La equidad y el crecimiento deben ir de la mano. Colombia ha ignorado, a pesar de que la Constitución de 1991 lo incluye, que el punto más importante de gobernabilidad es hoy la democracia participativa. Hay que hacer un gran balance entre democracia representativa y participativa. La primera no funciona si no hay adhesión popular a las instituciones que se están gobernando.

El enlace de este Plan entre uno y otro cuatrienio se garantiza justamente en la medida en que haya gobernabilidad. Por eso es fundamental examinarla en la base popular, en la esfera participativa de la democracia. Un plan impuesto no genera adhesión popular, uno democráticamente construido, sí. Por eso se debe crear esa adhesión popular estimando la discusión para lograr un acuerdo tras otro. Esto permite el tránsito de un plan al otro. Al pueblo no se le puede llamar solamente a que sea ejecutor, ni se puede pretender seducirlo con la proposición de que va a ser el beneficiario, debe ser invitado a ser el constructor, el ideólogo.

También se ha tenido un especial cuidado en ajustar el Plan a las metas sociales del milenio, al igual que a las metas del Protocolo de Río. El país no puede seguir ignorando estos acuerdos. Para la confianza nacional e internacional de Colombia se debe trabajar en la seguridad democrática, en el cumplimiento por parte del país de las metas sociales globales y en la transparencia. Sin transparencia no hay confianza ni gobernabilidad. No se puede hablar de metas sociales sin estrategias de crecimiento que las haga posibles y no se puede hablar de esa estrategia si no existen unos factores de confianza que lo posibiliten. También es importante estar midiendo los indicadores sociales en sus cifras absolutas y en sus pesos relativos. El microcrédito y los subsidios ayudan a eso.

Uno de los factores de gobernabilidad es que la gente se estimule con las metas parciales. Por eso es muy importante que este Plan tenga metas parciales en todas las áreas. El Plan está previsto para ser cumplido el 7 de agosto del año 2019. Algunas metas parciales deben cumplirse para el 20 de julio de 2010. Las metas parciales ayudan en gran medida al cumplimiento del total, son un factor anímico. No sigamos endulzándole el oído a los colombianos hablándoles de lo social en abstracto, hagámoslo en concreto. Empecemos con unas metas parciales como una plena cobertura en régimen subsidiado en salud, pero también esforzarnos en el cualitativo: qué clase de servicio se le va a prestar a la gente.

La sociedad colombiana no puede mirarse como una contradicción entre los estratos 5 y 6, y 1 y 2. La mirada debe concentrarse en la clase media. A ésta que mantiene unos salarios muy ajustados, no se le puede privar de algunos subsidios como los del costo de la educación pública. Por tanto, es vital revisar el concepto de subsidios.

A su vez, las metas de crecimiento tienen dos actores: el sector privado especialmente y el Estado como generador de confianza. El Estado debe ser un actor social muy activo que garantice la equidad y que no obstruya el crecimiento. Es grave que el Estado sea indiferente o pasivo frente a cualquiera de las dos. En el crecimiento no basta que se quede quieto. La construcción de confianza inversionista debe ser compatible con el crecimiento para que el sector privado sea inversor en el sector social, teniendo en cuenta las responsabilidades del sector privado.

En cuanto a las economías interna y externa, es grave subestimar un mercado interno, que como han dicho, no es pequeño sino pobre, como factor para enganchar demanda. Uno de los imperativos para la inserción de Colombia en un mercado global es el requerimiento de los inversionistas nacionales y extranjeros. Un pequeño inversionista quiere estar donde haya la inversión grande porque la pequeña empresa hoy se mantiene en una relación muy íntima con la gran empresa.

En ese sentido se requiere un gran esfuerzo para que el país se inserte en la economía mundial y se le dé a las clases pobres capacidad de consumo. No es suficiente nuestra capacidad inmediata de subsidiar para crear una demanda del tamaño que la requieren las grandes inversiones. Éstas dependen de la capacidad nacional de lograr acuerdos, que hoy son los de libre comercio, los cuales tienen un gran componente de comercio administrado, cuotas, exclusiones técnicas, periodos muy largos de transición e instrumentos para enfrentar las crisis.

Una mala denominación de estos acuerdos, ha llevado a que se les cargue con un gran debate ideológico que lo hace inconveniente. En síntesis, no se debe polarizar el debate sobre qué es lo que prevalece si economía externa o interna. A favor de la economía interna, está la tesis de que 52% de los colombianos se encuentra en la pobreza y en la medida en que esto se combata, se convertirá en un factor muy positivo para elevar la proporcionalidad entre el número de habitantes y la capacidad adquisitiva. En la medida en que nos incorporemos a la economía mundial nos llegan inversiones que ofrecen impulso en este sentido.

A su vez, el Tratado de Libre Comercio busca acceder al mercado de Estados Unidos en condiciones de equidad. Esa inserción en el mercado estadounidense es inevitable. Mientras que por ejemplo el acuerdo con Suramérica ayuda mucho políticamente, pero en lo económico no ofrece ventajas en el corto plazo.

Acerca del tema tributario, asunto importante del Plan, la estructura colombiana necesita tres cosas: seguir ampliando bases, reducir tarifas para hacerlas más competitivas y simplificar procedimientos.

Al final, es vital entender que un debate democrático sin fraternidad no es garantía para el pluralismo. Éste busca poner a los contradictores a sintetizar y buscarle salidas a la sociedad, si el mundo no fuera así, no sería dialéctico. Un debate pluralista de antagonismos insuperables es un debate sin movilidad y la fraternidad ayuda a que el antagonismo sea superable. El pluralismo es compatible con la tolerancia. Por eso, ante todo, el debate debe fluir.

Primera parte

LA ESTRATEGIA DEL
CRECIMIENTO Y EL ENTORNO
MACROECONÓMICO

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LA AGENDA 2019

ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO

SANTIAGO MONTENEGRO{2}

El 7 de agosto de 2019 es una fecha histórica y simbólica muy importante porque Colombia estará celebrando dos siglos de vida política independiente. De ahí surgió la propuesta del Presidente de hacer el ejercicio de pensar cómo deberá ser el país para ese momento. En 2019 deberá, y mucho antes de esa fecha, ser un país en paz, donde como dijo Darío Echandía, a lo largo y ancho de su territorio todos puedan salir a pescar de noche.

Un país en donde haya mayor igualdad de oportunidades con acceso universal a educación básica y media, mayor cobertura en educación superior, aseguramiento universal en salud y acceso a espacio público adecuado para toda la población. Un país en el que todas las familias tengan una vivienda digna, desde este momento hasta 2019 se formarán cerca de 3.9 millones de hogares, entonces se tiene el reto de construir igual número de viviendas y para reducir el déficit habitacional también en lo cualitativo, se deben arreglar 800.000 residencias adicionales. Si se hace ese esfuerzo, el déficit se habrá reducido de 30 a 12%, no a cero.

Se debe vislumbrar una economía que aproveche a plenitud sus recursos productivos, no sólo en cuanto a trabajo y capital, sino los del campo, biodiversidad, hídricos y su localización geográfica. Una economía que sea la base material para el logro de todos esos objetivos y que fundamente su desarrollo en ciencia, tecnología e innovación. De ahí la importancia de comenzar a invertir con mayor agresividad en estos últimos tres campos y llegar a la meta de por lo menos 1,5% del PIB y un Estado transparente y eficiente que funcione por completo con base en resultados.

Criterios de la política pública

Colombia y el resto de América Latina han implementado durante varios años, con mayor o menor intensidad, políticas en lo que se ha llamado el consenso de Washington. Al analizar los resultados de algunas de éstas, es claro que la democracia y economía de mercado son condiciones necesarias pero no suficientes para el logro de las grandes metas sociales.

También, el crecimiento es un medio mas no un fin, para el logro de esas metas sociales, y por ello es necesario desarrollar políticas explícitas para su alcance. Es ineludible hacer un gran esfuerzo por evaluar y hacer seguimiento a la inversión social. Para esto es clave la información, que constituye uno de los insumos más escasos y precarios de la política pública. La información es a las políticas públicas, lo que el agua al pez. Si no hay agua el pez muere. Por ello en el documento Plan Visión Colombia 2019 - Segundo centenario se hace énfasis en los sistemas de información y de datos.

La Constitución de 1991 incrementó bastante el gasto público en general y el social en particular. Durante varios años se careció de información, sólo la hay sistemática desde 2001. Por eso hoy en día alcaldes y gobernadores son conscientes de que la información existe y los resultados serán evaluados en la esfera pública.

Por ejemplo, debido a la falta de información, Colombia está repartiendo 25 billones de pesos, que constituyen 14 puntos del PIB en subsidios y el documento muestra que alrededor de la mitad de esa cifra, 7 puntos del PIB, se va hacia estratos altos. En el caso de las pensiones, 90% de ellas están subsidiadas con destino a personas que no son pobres. Se evidencia, entonces, un problema importante de focalización de gasto. Se podría hacer mucho en términos de reducción de la pobreza si se focalizan bien esos recursos hacia los sectores más pobres, si se cuenta con fuertes sistemas de información, lo cual debe ser un propósito nacional.

De dónde venimos

El documento hace una reflexión de lo que ha sido el país: de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. En cuanto al interrogante, de dónde venimos, trata de ver las fortalezas de Colombia. El sistema educativo ha confundido la historia política institucional del país con la de la violencia. Por supuesto, ha habido una violencia muy grave en muchos periodos pero esa no constituye la historia política institucional. El balance del país incluye pasivos como las debilidades institucionales y la violencia, pero también activos.